Por Óscar Molinuevo
Cada día llegan a nuestros despachos más consultas sobre disposiciones patrimoniales padecidas fruto de pérdidas, hurtos o robos de tarjetas de crédito, pero también por la obtención fraudulenta de datos personales, de claves de acceso, de claves de seguridad…; bien sea por que el cliente pincha en un enlace que le redirecciona a una página idéntica a la de su suministrador de electricidad, gas, o a su entidad financiera, o bien por que facilita datos a quien ha hecho creer al consumidor que se trataba de su entidad de confianza.