14 diciembre 2020

2020: el año que aún podemos recuperar

Barbara RomanPor Bárbara Román
TWITTER @NoLegalTech

Da igual cómo nos lo montemos, el 2020 no va a ser un año para recordar con cariño.

Y a dos semanas de acabarlo, yo reconozco que para mí ha sido un año de m*** *, tanto a nivel personal como profesional. He perdido a seres queridos, he dejado proyectos a medias, me he bloqueado en casi todos los retos que me había autoimpuesto, me he equivocado tres de cada cinco veces y además, esta semana me he quemado la pierna en accidente doméstico. Resulta hasta gracioso porque es verdad. Una m**** de año, vaya.

También es verdad que este encierro doméstico nos ha dado un curso acelerado de teletrabajo, nos ha vuelto expertos en herramientas tech, especialistas en organización del tiempo para atender en la misma casa a los perros, los niños, las parejas y a los clientes que se han colado en el salón a través de videollamadas. Han llegado a España las primeras plataformas alternativas de servicios jurídicos, cada día aparece más formación a disposición de la abogacía, los colegios se han volcado en sus colegiadas y en sus colegiados. Si hasta hemos asistido a los primeros juicios íntegramente telemáticos en España, aunque fuera con medio estamento jurídico protestando por ello. Y ha sido el año en que se han debido activar (¡por fin!) todos los certificados del ACA. Pero no nos desviemos del tema: un año de m**** este 2020.

¿Qué es lo bueno de tener una montaña de desechos en la puerta de tu casa? Que nos sirva de abono para plantar nuevas ideas, nuevas costumbres o conquistar nuevos territorios, porque especialmente para las personas que ejercen de alguna manera la abogacía (tradicional, moderner, vintage, hipster o con bolitas de alcanfor) ha sido un año duro. Sin actividad en los juzgados, con una crisis económica que afecta a los clientes en casi cualquier orden jurisdiccional, sin vacaciones en agosto, asfixiados con webinarios y más webinarios… A la fatiga pandémica hay que sumarle como bola extra la incertidumbre para el próximo año, con una más que previsible caída de ingresos, el estrés de la nueva normativa salida de la centrifugadora y las cenas navideñas, aunque seguro que más de una persona se alegrará de no compartir mesa con los suegros este año.

Y es que ser abogada es una carrera de fondo, eso lo sabemos todos. Así que mírate, para un momento y reflexiona sobre este momento en el que estamos. Ha costado lo nuestro, pero oye, es lo que hay. Ahora que hemos llegado hasta aquí, que estamos con nuestro despacho, con nuestra cartera de clientes, con nuestros cursos acelerados de formación pandémica, después de entre cinco y siete años de carrera universitaria, ahora precisamente ¿nos vamos a rendir? ¿Te vas a rendir tú? Pero si ya has aprendido a manejar la videoconferencia, que era lo más difícil, que me estás contando, Maricarmen.

Pues claro que no. Vamos a aprovechar para salir de la caja (de m****) en la que estamos todos, y aprovechar las semanas que quedan para hacer las cosas de una manera diferente. Si estás hasta arriba de trabajo, fíltralo y prioriza según los criterios que prefieras: el cliente, la minuta, la importancia, el gustazo que te da el asunto. Si estás mano sobre mano porque ha bajado la facturación: elige dos procesos de tu despacho y cógete tres días para pensar cómo optimizarlos y mejorarlos. Si te da alergia la tecnología, busca esa hora al acabar de trabajar para probar herramientas que encajan contigo y tu forma de ejercer la abogacía. Si las cuentas no dan este año, siéntate con la calculadora y haz una previsión realista para el próximo año. Si lo que quieres son nuevos clientes, métete en Linkedin y piensa en tus tres clientes ideales, búscalos y proponles un café online para averiguar en qué puedes ayudarlos. Si lo que te pasa es que estás hasta el moño de toda la gente, coge vacaciones hasta que acabe el año y déjalo ir.

Personalmente, me da lástima no haber podido acabar los proyectos que me había planeado para este año, y en las dos semanas que quedan mi compromiso es dedicarle la mitad de la jornada a uno de ellos, y a ver hasta dónde avanzamos. Pongámonos la vida fácil, que ya se encarga el resto de complicarla.

¿Cuál es tu compromiso para cerrar este 2020?

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Bárbara Román
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