Innovación Legal
01 febrero 2022
A la abogacía no le entusiasma la innovación
Por Felipe Herrera
Recientemente, leí en la newsletter de Legaltechies (que recomiendo para estar al día de las últimas novedades en materia Legaltech) que Thomson Reuters publicó su nuevo informe sobre el estado del sector legal en 2022 en Estados Unidos.
Según el mismo, la demanda de servicios legales se disparó en 2021, tras un comienzo decepcionante, impulsada principalmente por las áreas de derecho inmobiliario y corporativo, las cuales no solo recuperaron las pérdidas de 2020 sino que incluso superaron sus niveles de demanda previos a la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, los litigios se mantienen por debajo de los niveles previos a la pandemia. Para impulsar la rentabilidad, los bufetes de abogados continuaron aumentando sus tasas de facturación de manera agresiva el año pasado, lo que ayudó a asegurar otro año de sólidas ganancias para muchos bufetes de abogados.
Ahora bien, entre las muchas cosas que cuenta el informe, una muy curiosa es que la mayoría de los abogados de los Estados Unidos no están tan entusiasmados como podría pensarse en ocasiones con dedicar tiempo no facturable a la implementación de tecnología legal, la innovación, la gestión del conocimiento o los modelos alternativos.
En verdad, lo que realmente emociona a los abogados es el día a día de la vida profesional en un gran bufete de abogados: relaciones con los clientes, desarrollo comercial y de la práctica jurídica, alcanzando esos aspectos un 90% de popularidad.
Por su parte, la implementación de tecnología obtuvo solo una calificación de popularidad del 20%. Pero las empresas también le dieron a esta área solo un 20% de “necesidad”. Es decir, las firmas no están tan enfocadas en involucrar a la mayoría de sus trabajadores en esta área de trabajo no facturable y la mayoría de los abogados no quieren hacerlo.
Mismas conclusiones podemos extraer del informe “Radiografía de la transformación digital en los despachos” impulsado por El Confidencial y AlterWork que, entre otras cuestiones, señala que más de la mitad de los bufetes de abogados no conocen los ALSP o proveedores alternativos legales, lo que demuestra una gran falta de conocimiento de los despachos sobre las iniciativas tecnológicas existentes en el sector.
De igual manera, el informe demuestra que a pesar de que las firmas legales empiezan a ponerse al día en cuanto a innovación legal aún queda trabajo por hacer. En conjunto, el sector obtiene una puntuación media de 5,1 sobre 10 en madurez digital. Además, los resultados revelan que la pandemia no ha actuado como revulsivo de la digitalización como se pronosticaba y que los pequeños cambios que han sucedido se han quedado circunscritos a la comunicación remota (videollamadas) y a un incremento del trabajo en la nube.
La realidad, aunque a muchos les duela reconocerlo, es que los abogados pasan el 66% de su día trabajando con correos electrónicos, según una nueva investigación de la empresa Dashboard Legal (que quiere cambiarlo proporcionando una plataforma de gestión de proyectos y colaboración para el sector legal).
Eso no sería problema si no fuera porque el correo electrónico nunca fue diseñado para ser utilizado como la forma principal en que los abogados realizan su trabajo. Sin embargo, muchos parecen estar atrapados en él (también en otras profesiones), lo que demuestra aún más que al sector legal no le entusiasma la innovación.
Ese abuso del correo electrónico potencia la comunicación bilateral con el cliente (sobre su asunto), dificultando la comunicación más abierta entre los miembros del equipo o firma.
Asimismo, según el estudio a más de 2.500 abogados, el 66% se pasa el día en el correo electrónico, seguido de Word con casi el 18% y tareas administrativas de facturación con el 6,2%.
Por si fuera poco, el 84% confía en el correo electrónico para la gestión de tareas y el 85% usa el correo electrónico para mantener un sistema de registro de lo que debe ser parte del proyecto de un cliente.
En conclusión, por si quedaban dudas de que esto de la Legaltech es todavía cuestión de los llamados innovadores y algunos pocos primeros seguidores, hay todavía un laaaaargo camino por recorrer para alcanzar a la mayoría y que de verdad se tenga en cuenta.
La realidad es que el email es “la gran innovación legal”, pues está siendo visto y usado como un sistema de comunicación, gestión de tareas, gestor documental y de proyectos. Aunque no está pensado para tantas labores y eso hace que muchas no sean tan eficientes como podrían serlo.
Aun así, el correo electrónico se puede llevar a estadios de innovación más elevados (aquí un ejemplo de Cómo monitorizar un email en Outlook), así que si al sector legal le sirve para sentir más entusiasmo, es una buena forma de empezar. Recordemos que para comenzar una transformación digital, y más en un contexto cambiante y complejo como el actual, no hace falta volverse loco con grandes desembolsos. Basta observar lo que uno ya tiene a mano y comenzar a usarlo más y mejor.
Por último, si queréis ampliar información sobre esta materia podéis hacerlo a través del programa formativo sobre Legaltech y Transformación Digital que realizamos en Legaltechies Academy.
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