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Innovación Legal
04 mayo 2017
“En los tratos entre los hombres la verdad, la sinceridad e integridad son de mayor importancia para la felicidad en la vida”.
Benjamin Franklin
El uso de las redes sociales se ha convertido hoy en día en algo habitual alrededor del mundo. Mientras unos las utilizan para verter sus opiniones, acerca de todo o nada, en redes como Twitter o Facebook entre otras, otros lo utilizan, mayoritariamente, para mantenerse conectados con sus seres queridos.
En los últimos meses se ha podido percibir un aumento de las noticias en los medios de comunicación en torno a la publicación y retransmisión de hechos delictivos a través de las redes sociales. Desde peleas, hasta violaciones, pasando por todo tipo de denigraciones y torturas han sido emitidas de una manera u otra a través de la red, mediante la pasividad de los asistentes y la dificultad de los medios para controlar tales hechos.
Bien sabida es la existencia de la estupidez en la naturaleza humana pero, ¿cómo y cuándo esta sociedad se ha convertido en cómplice en hechos delictivos? ¿Qué está ocurriendo para que personas como tú o yo se queden apáticas ante semejantes acciones? ¿Cuáles son los valores éticos que estamos inculcando a las nuevas generaciones para que ocurran hechos de tal gravedad?
Como puse de relieve hace un año en mi artículo “El valor de la TIC: construir o destruir” tenemos la opción como sociedad y seres humanos de convertir las nuevas tecnologías en una herramienta para construir una sociedad mejor, o para destruirla.
Es hora de sentarnos, meditar y establecer la prioridad ante nosotros, que queremos, una sociedad en la que podamos convivir y disfrutar de la vida, o una sociedad, donde prevalgan el EGO y el TODO VALE.
Las nuevas tecnologías nos ponen a nuestro alcance una serie de instrumentos para la mejora de nuestro estilo de vida, nos facilitan acercamiento así como organización, entre otros, en muchos aspectos de nuestro día a día, pero a su vez hemos de aprender a apreciar esta ventaja y utilizarla lo mejor posible a merced de tod@s. Pero, ¿qué debemos hacer? ¿Cómo podemos combatir estos tipos de delitos en la red?
A mi entender, para responder esta pregunta se debe concebir desde tres ámbitos diferentes:
Dicho así, suena relativamente fácil, ¿pero es así? ¿Cuáles son las dificultades que nos encontramos en el día a día? Una de ellas y primordial, es la globalización. Me explico: se puede estar produciendo un hecho delictivo en un país, retransmitido en la red y tener espectadores “pasivos” alrededor del mundo (entendiéndolos éstos como aquellos que se quedan impávidos ante la acción de un delito). Pero como legislador ¿cómo debemos legislar? Como conocedora del ámbito parlamentario sé perfectamente que es complejo, y más cuando nos adentramos en diferentes sistemas legislativos, así como culturas, pero a mí entender ya ha llegado la hora de establecer unas reglas mínimas, a nivel tanto estatal como global. Es hora de atajar el TODO VALE. Es hora de volver a una sociedad ética y no estética. Ahora es el momento de legislar de manera simple, entendedora; de aplicar dichas leyes en un modo proporcional y justo, esto último algo olvidado en los últimos tiempos. Es hora de volver al camino dejado.
Junto al legislador, la sociedad debe ser parte activa para detener este tipo de acciones, ejemplos como el que vimos hace algo más de un mes, donde un hombre al ver una pelea en la calle se acerca a los jóvenes y les explica que el grabar una pelea en la calle no sirve de nada, nos demuestran que con pequeñas acciones podemos mejorar esta sociedad. Solamente juntos podremos combatir esta lacra. Ante cualquier acto delictivo que veas en la red, actúa. Ante todo… SI SE QUIERE, SE PUEDE.
Àngela Lleixà Alsina
Abogada Multidisciplinar especializada en: TIC, Empresa, Parlamentario e Internacional.