24 enero 2022

¿Debe mi despacho abrir oficina en el metaverso?

Jorge MorellPor Jorge Morell

El año pasado conocimos de la primera firma española que abría oficina en el metaverso, el despacho marbellí Vicox Legal. La misma está especializada en blockchain y criptoactivos y ha adquirido una parcela y oficinas en Decentraland, el metaverso de mayor proyección en la actualidad.

Las preguntas son inevitables, ¿debo yo también crear una oficina allí? Y en verdad, ¿qué es esto del metaverso? Comencemos por el principio.

Un metaverso es una red de mundos virtuales (no existen en la realidad) creados en 3D y centrados en la conexión e interacción social. Es como una nueva variante de Internet, solo que el entorno en el que nos movemos no son páginas web en dos dimensiones, sino un mundo (o mundos) tridimensionales. Por otro lado, la forma de acceso no es un ordenador, tablet o móvil clásico, sino cascos o gafas de realidad virtual/aumentada (más los correspondientes accesorios: guantes, mandos, cinturones y demás).

Como la mayoría de cosas supuestamente nuevas que llegan a prensa con bombo y platillo, en realidad el metaverso es bastante antiguo. El concepto nació hace ahora 30 años, en 1992, con la novela de ciencia ficción “Snow Crash” de Neal Stephenson. En la misma, los humanos son capaces de interactuar en un mundo virtual a partir de sus avatares (recreaciones 3D de ellos mismos, en ocasiones iguales a la real, en otras muy diferentes). De las palabras meta + universo, surge el metaverso como ese “otro universo” en el que desarrollarse y vivir.

La vertiente práctica de ese metaverso tampoco es nueva. Se considera que Second Life fue el primer metaverso creado, y el mismo nació en 2003. Second Life (segunda vida) es (ya que todavía existe hoy en día) un mundo persistente en tres dimensiones en el que el usuario crea su avatar (reflejando su aspecto real o no) e interactúa con el resto de usuarios de ese segundo mundo y sus muchos servicios y productos.

De hecho, los despachos de abogados que abren oficina en el metaverso tampoco son nuevos, ya que varios lo hicieron durante los primeros años de popularidad de Second Life. En 2007 al menos dos firmas abrieron oficina en Second Life, la canadiense Davis LLP y la británica Birmingham’s Simpson Millar. Aunque vinieron luego más, desde grandes como Field Fisher Waterhouse o más pequeñas como Elchoness Law Firm. En verdad, en ese mismo año se abrió en Second Life hasta un colegio de abogados, el Second Life Bar Association, que celebró incluso elecciones.

Los importantes avances en realidad virtual y aumentada de los últimos 6-7 años, el impulso muy grande por parte de Facebook/Meta en ese sector (así como otras grandes compañías, véanse Apple o Microsoft), la facilidad de acceso a contenido y hardware de calidad a precios asequibles, el desarrollo del mundo cripto y la posibilidad de reclamar la titularidad de bienes digitales, es lo que está haciendo que ahora se vuelva a hablar, y mucho, del metaverso. Pero ya no como una novela de ciencia ficción o un videojuego para mayores, sino como algo más tangible que hace una o dos décadas.

Sea como sea, y aunque todavía estamos lejos de entornos como los prometidos o imaginados, definitivamente son más palpables que nunca. Lo que nos lleva de nuevo a la pregunta inicial, ¿debo entonces abrir oficina en el metaverso? La verdad es que ha habido ya varias firmas que han anunciado la apertura de despacho en el metaverso, por ejemplo Grungo Colarulo desde EE.UU. (también en Decentraland).

La realidad es que ahora mismo abrir oficina en el metaverso es principalmente una acción de comunicación y marketing (y puede ser muy efectiva). Además, también puede ser un nuevo potencial canal de contacto, especialmente si el despacho tiene áreas de trabajo muy ligadas al metaverso (criptoactivos, videojuegos, moda o realidad virtual/aumentada, entre otras).

Por tanto, más allá del aspecto publicitario y mayor visibilidad en entornos que la firma pueda trabajar por su especialización, hoy en día no hay necesidad de abrir oficina en el metaverso.

Eso sí, si el despacho tiene interés en las áreas del Derecho que afectan o afectarán al metaverso, definitivamente sí puede ser interesante hacerlo, pero principalmente a afectos de conocer de primera mano el entorno sobre el que uno va a asesorar.

En conclusión, en la próxima década veremos muchos e interesantes avances en materia de realidad virtual y aumentada. El Derecho no es ajeno a ese mundo, aunque su uso por ahora es más bien tímido (escribí sobre ello ya el año pasado). A su vez, los próximos 2-3 años estarán llenos de metaverso por todas partes, algo a lo no será ajeno el sector legal (especialmente en su vertiente jurídica).

Pero desde la perspectiva de la innovación legal, el uso práctico y necesario de los metaversos todavía queda muy lejano.

Así que mientras esperamos la llegada del metaverso, nos vemos en el universo.

Jorge Morell
Fundador de Legaltechies
TWITTER:Jorge_Morell

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