15 marzo 2021

El auge y las particularidades de las firmas 100% virtuales

Jorge MorellPor Jorge Morell

En julio de 2020 la firma norteamericana Husch Blackwell anunció que abría su oficina número 21 en el país. Sin embargo no era una oficina cualquiera, ya que no existía físicamente e iba a ser una oficina completamente virtual. De hecho, tan virtual era que se llamaría “The Link” (El Enlace).

The Link es la respuesta de Husch Blackwell a la situación generada por la pandemia. Como oficina tiene los elementos típicos, un socio gerente, un administrador de oficina, soporte administrativo, informes para medir el desempeño y la infraestructura de tecnología adecuada para respaldar el trabajo virtual.

La diferencia es que The Link no existe físicamente, de modo que los 50 abogados que forman parte de la misma, todos voluntarios del resto de oficinas de la firma, trabajan desde casa, en la oficina del cliente o en alguna de las otras 20 oficinas físicas del despacho. De esa forma, los miembros de The Link están vinculados y conectados por la gran inversión en tecnología de la firma, reconociendo que el mejor lugar desde el que trabajar es aquel que tiene más sentido para el caso, no un espacio concreto.

The Link es solo un ejemplo de las consecuencias que el coronavirus ha generado en cuanto al trabajo en remoto o el teletrabajo de los abogados. Algo que no era nuevo, muchos abogados ya tenían hábitos de teletrabajador, pero que ahora se ha hecho imprescindible y ha visto como la capa tecnológica que envolvía esa nueva forma de hacer las cosas se aceleraba.

De hecho, múltiples firmas han lanzado estos meses planes de teletrabajo muy completos, otras tantas han abandonado espacios físicos, otras se plantean mudarse a oficinas de otro estilo e incluso hay startups Legaltech que han abandonado por completo la oficina que empleaban, a la espera de reubicarse cuando se vuelva a la normalidad algún día.

Toda esa corriente de teletrabajo y el nacimiento de firmas o abogados que ya no trabajan desde un lugar concreto, ya sea en la región, provincia o incluso el país, está también dando lugar a cuestiones particulares sobre la regulación de las mismas.

En ese sentido, el comité de ética profesional de la American Bar Association publicó la semana pasada una guía de pautas deontológicas sobre firmas de abogados que trabajan 100% en virtual. Según la misma, ello es posible pero se deben tener en cuenta una serie de particularidades. Principalmente los abogados deben:

– Tener planes establecidos para garantizar que se cumplan las responsabilidades en materia de competencia, diligencia y comunicación.

– Tomar precauciones razonables al transmitir la información del cliente para asegurar la confidencialidad de la misma.

– Tener un abogado gerente que ejerza virtualmente para asegurar que todos los miembros de la firma y cualquier asistente operen de acuerdo con las obligaciones éticas del Derecho.

– Prestar atención a la tecnología usada, los términos y condiciones aplicables a los servicios empleados (bases de datos, gestores documentales o videoconferencia), usar cifrado y contraseñas complejas, mantener actualizado el software, elegir un prestador en la nube de confianza y por lo general desactivar los asistentes y altavoces inteligentes mientras se discutan cuestiones relacionadas con los clientes.

Vinculado a lo anterior ha surgido otra cuestión interesante, ¿se pueden prestar servicios legales en países o regiones en los que el profesional no estaría titulado? Es algo que recientemente plantearon los colegios de abogados de Pensilvania y Filadelfia, concluyendo que un abogado puede trabajar en remoto desde un estado, país o región en el que no está licenciado o autorizado para ejercer, siempre y cuando dirija sus servicios al territorio en el que sí puede ejercer y en el lugar donde reside no cree oficina, espacio virtual o una presencia pública que lleve a pensar al cliente que sí puede actuar en ese territorio.

En conclusión, uno de los efectos tempraneros de la pandemia en el sector legal es el relativo al teletrabajo y los efectos que tiene ya en nuevas formas de organización, la deslocalización del espacio físico o el acceso a talento desde múltiples territorios.

Sin duda un cambio que dará todavía mucho que hablar.

Jorge Morell
Fundador de Legaltechies
TWITTER:Jorge_Morell

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