Innovación Legal
23 julio 2024
Inteligencia Artificial Generativa en retrospectiva
Por Jordi Estalella
TWITTER @jordiestalella
Los primeros pasos: años 90 y principios del 2000
El concepto de inteligencia artificial no es nuevo. Los primeros intentos de aplicar IA en el sector legal datan de los años 90 y principios del 2000, cuando las primeras herramientas automatizadas comenzaron a surgir. Estas herramientas se enfocaban en tareas básicas como la búsqueda de jurisprudencia y la automatización de documentos legales simples. Sin embargo, estas primeras aplicaciones eran limitadas y no tenían la capacidad de generar contenido nuevo.
El auge de la LegalTech: 2007-2015
La crisis económica de 2007 actuó como un catalizador para la innovación en el sector legal. Las firmas de abogados y los departamentos legales de las empresas se enfrentaban a la presión de reducir costes y mejorar la eficiencia. En respuesta a este reto surgió un movimiento conocido como LegalTech, que combinaba la tecnología con los servicios legales para crear soluciones más eficientes.
Durante este período, la IA comenzó a ganar terreno. No obstante, la tecnología aún estaba en una fase temprana y se centraba principalmente en la automatización de tareas repetitivas. A pesar de ello, las expectativas eran altas y se reflejaban en los titulares que prometían una revolución en la práctica legal, con visiones de abogados robots y despachos completamente automatizados.
Los primeros prototipos de IAG: 2016-2018
A partir de 2016, la IAG comenzó a hacerse notar en el sector legal. Esta tecnología utiliza algoritmos avanzados para analizar grandes cantidades de datos y generar contenido nuevo. Los primeros prototipos de IAG se enfocaban en la creación de documentos legales, la redacción de contratos y la preparación de informes legales.
Un ejemplo temprano de IAG en el sector legal fue la introducción de herramientas que podían redactar contratos estándar a partir de plantillas y datos específicos proporcionados por los usuarios. Estas herramientas prometían reducir el tiempo y los costes asociados con la redacción de documentos legales, permitiendo a los abogados concentrarse en tareas más complejas.
La expansión y el realismo: 2019-2021
Entre 2019 y 2021, la IAG continuó evolucionando y expandiéndose. Las firmas de abogados, particularmente las medianas y grandes, comenzaron a integrar esta tecnología en sus operaciones diarias, utilizando IAG para tareas como la revisión de contratos, la búsqueda de jurisprudencia relevante y la automatización de procesos legales.
Sin embargo, a medida que la tecnología avanzaba, también surgían desafíos. Los abogados y expertos en tecnología comenzaron a reconocer las limitaciones de la IAG. Aunque la tecnología podía generar contenido nuevo, aún carecía de la capacidad de comprender completamente el contexto y las sutilezas de los casos legales. En este sentido, se hizo patente la necesidad de garantizar la precisión y la fiabilidad de las herramientas de IAG. Dado que la tecnología puede influir en decisiones legales importantes, es crucial que los sistemas de IA sean rigurosamente probados y validados.
Además, existen consideraciones éticas relacionadas con el uso de la IAG en la práctica legal. La privacidad de los datos, la transparencia en la toma de decisiones automatizadas y la responsabilidad en caso de errores son cuestiones que deben abordarse para garantizar un uso responsable de la tecnología.
Los anteriores desafíos llevaron a una reevaluación de las expectativas iniciales y a un enfoque más realista sobre lo que la IAG podía lograr.
El futuro de la IAG en el sector legal
Mirando hacia el futuro, es probable que la IAG continúe evolucionando y desempeñando un papel cada vez más importante en el sector legal. A medida que la tecnología se vuelve más avanzada y capaz de manejar tareas más complejas, los abogados podrán confiar en la IAG para una mayor variedad de funciones.
Sin embargo, es fundamental que la adopción de la IAG se realice de manera equilibrada, reconociendo tanto las oportunidades como las limitaciones de esta tecnología. La colaboración entre abogados y tecnólogos será esencial para desarrollar y desplegar herramientas de IAG que sean efectivas, éticas y alineadas con las necesidades del sector legal.
Nota: partes de este artículo las he redactado y revisado con ayuda de ChatGPT.