21 junio 2021

La importancia de las soft skills en la profesión de abogado

Felipe HerreraPor Felipe Herrera

Las hard Skills o habilidades duras son los conocimientos adquiridos y memorizados a lo largo de nuestros años de formación; dicho de otro modo, las hard skills son las competencias y habilidades técnicas que hemos adquirido durante nuestra formación y experiencia profesional. Por tanto, estamos ante estas habilidades requeridas para llevar a cabo una determinada tarea o tareas.

Por otro lado, existen una serie de habilidades que pueden complementar este conocimiento y ayudarnos a mejorar como profesionales, las soft skills.

Si repasamos brevemente la trayectoria del sector legal nos damos cuenta de que siempre se han valorado con especial atención las hard skills, es decir, ese conocimiento puramente jurídico como puede ser tener el grado o el máster, tener capacidad de memorizar o saber mucho de una especialidad o materia concreta.

En la actualidad, el sector legal se ha dado cuenta de que las hard skills son necesarias pero que las soft skills son imprescindibles para poder tener profesionales polivalentes que puedan ser productivos en todos los sentidos.

Asimismo, es necesario tener claro que si bien las hard skills pueden hacer que el abogado consiga una entrevista de trabajo, serán las soft skills las que le ayuden a conseguirlo.

Dicho esto, ¿cómo podemos definir el concepto de soft skills? Pues bien, las soft skills se pueden definir como las aptitudes sociales, emocionales, resolutivas y de comportamiento que permiten desenvolverte mejor y obtener mejores resultados en cualquier situación.

En 2016 se inició una nueva etapa, la 4ª Revolución Industrial, en la que los avances en robótica, inteligencia artificial, nanotecnología, computación cuántica, biotecnología, Internet de las cosas (IoT), impresión 3D y vehículos autónomos ha marcado un antes y un después en un amplio sector del mundo laboral.

Esto ha conseguido que poco a poco las empresas comiencen a valorar las habilidades blandas incluso por encima de las habilidades duras o hard skills.

Finalmente, con la pandemia del Covid-19 y el aumento del teletrabajo, se ha incrementado el interés de las empresas por las soft skills aún más que antes.

Como es evidente, la crisis del coronavirus nos está dejando secuelas de todo tipo, pero es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Es decir que, a pesar de ser una situación compleja y negativa, ha emergido para colocarse en lugar preferente la necesidad de demostrar determinadas soft skills en los profesionales del derecho que los lleven a posicionarse como solucionadores de problemas eficaces, empáticos y comunicativos.

En este sentido, las ofertas de trabajo que incluyen una o más soft skills han aumentado un 31% con respecto al mismo período del año pasado, en el que las ofertas que solicitaban habilidades blandas en sus requisitos solo eran del 42%. Además, de acuerdo con la web especialista en empleo jobatus.es se ha detectado que un 73% de las empresas incluyen las soft skills directamente en sus ofertas de empleo, y que ya no basta con los conocimientos técnicos para conseguir entrevistas.

Como vemos, desde el 2016 hasta la fecha el valor de las habilidades blandas o softs kills ha aumentado incluso por encima de las habilidades duras o hard skills. Y, para la profesión de abogado no es una cuestión baladí, ya que para llegar al perfil de abogado que se requiere en la actualidad, hemos tenido que pasar por varias fases:

Desde el abogado en I que se vino demandando hasta al menos la década del año 2000 y que únicamente sabía mucho de leyes y jurisprudencia.

Pasando por el abogado en T que empezó a demandarse a partir de 2007 donde la vertical de la “T” reflejaba las habilidades legales y los conocimientos tradicionales adquiridos en la facultad de Derecho y la parte horizontal de la “T” reflejaba las áreas de tecnología y cambios en el flujo de trabajo que ahora también formaban parte del trabajo legal.

Ese abogado en forma de T ya no implicaba saber solo de leyes, también hacía falta conocimiento y competencias en el Design Thinking, el análisis de datos, la tecnología, la gestión de proyectos o el uso de herramientas comerciales, entre otras cosas.

Pero a estos dos perfiles, I y T, seguía faltandoles algo, se estaban olvidando del lado humano de la abogacía.

Así fue como surgió el perfil de abogado Delta con el que contamos en la actualidad y que reúne tres aspectos imprescindibles: 1) conocimiento jurídico, 2) conocimiento de herramientas tecnológicas y flujos de trabajo y 3) soft skills o habilidades transversales.

Por tanto, aquí nos damos cuenta de lo imprescindible que es para el abogado de hoy en día contar con estas habilidades blandas o soft skills como pueden ser la negociación y oratoria, aprender a gestionar el tiempo, saber delegar, la capacidad de venta, la inteligencia emocional, la resiliencia o las habilidades de liderazgo que nos ayudarán a trabajar eficazmente con los clientes.

Sobre estas habilidades ya hablé en el recomendable curso titulado “Soft skills y tecnología: las nuevas habilidades” donde analizamos los soft skills o habilidades transversales esenciales para el abogado actual, desde la oratoria al marketing jurídico, pasando por la inteligencia emocional o la gestión del tiempo. Todo ello para estudiarlas desde la perspectiva legal y detectar las actividades, procesos o tecnologías que más pueden potenciarlas.

A modo de conclusión, las hard skills o el conocimiento puramente legal son totalmente necesarias en nuestro día a día como abogados pero las soft skills son imprescindibles para destacar dentro del sector y ser un profesional completo.

Las empresas y firmas legales están demandando profesionales con soft skills. Como abogado puede que tengas algunas de estas habilidades innatas (que te recomiendo potenciar) pero si no es así siempre puedes trabajarlas para poder adquirirlas.

Por último, el perfil de abogado demandado en la actualidad es el Delta, que cuenta con conocimientos legales, conocimientos en tecnología y soft skills, por tanto, es el momento de convertirnos en este tipo de profesionales no solo para poder aportar valor a la empresa o firma en la que trabajamos sino también a nuestros clientes.

sAutor: Felipe Herrera Herrera. Socio en Legaltechies, consultora internacional especializada en servicios Legaltech y de transformación digital. Cofundador de Legaltechies Academy, plataforma de formación online especializada en Legaltech, innovación legal y transformación digital.

Felipe Herrera

Socio en Legaltechies, consultora internacional especializada en servicios Legaltech y de transformación digital. Cofundador de Legaltechies Academy, plataforma de formación online especializada en Legaltech, innovación legal y transformación digital.

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