Innovación Legal
29 octubre 2018
La innovación está exagerada
Por Jordi Fernández
TWITTER @jordifern
Si hay que quedarse con algo de la última edición del encuentro Legal Geek, que se celebró hace unos días en Londres, es con que estamos viviendo un momento en el que la innovación en el sector legal está entrando en una evidente fase de exageración. Lo comentaron algunos de los ponentes más esperados de los casi 140 que desfilaron por el escenario principal del cada vez más multitudinario evento. Y es que Legal Geek se ha convertido en pocos años en el evento tecnológico por excelencia de la comunidad legal. En su última reunión anual fue capaz de congregar a más de 2.000 profesionales interesados en el futuro de la abogacía de 40 países diferentes.
Noah Waisberg, CEO y cofundador de Kyra Systems, fue uno de los primeros en abrir fuego. Su breve discurso alentó a ser descreído en un momento y en un sector en el que triunfa la promoción y publicitación de productos e ideas de forma intensa, a veces exagerando sus beneficios. Vivimos en un momento hype (de exageración) y el “hype —en sus palabras— mata”. Este tecnólogo, que antes ejerció como abogado especializado en fusiones y adquisiciones y capital riesgo en la oficina neoyorquina de Weil, Gotshal & Manges, apuntó que el problema de que haya un boom de todo lo relacionado con la innovación y la tecnología en la abogacía reside en que se están generando expectativas poco realistas, se está construyendo hostilidad hacia soluciones que pretenden cambiarlo todo, pero además, está destruyendo la credibilidad para categorías enteras y no solo para soluciones particulares.
Waisberg, quizás para enfatizar que Kyra Systems es una solución post-hype, aconsejó a los presentes que a la hora de evaluar una posible herramienta en los despachos se desconfíe de las start-ups o nuevos proveedores que generan compromisos con el cliente poco claros, que hablan siempre de planes futuros y no de los hitos conseguidos en el pasado y que esconden cómo funciona la solución.
Es decir, aconsejaba ser escépticos, aún sabiendo que los abogados, según el Dr. Larry Richard, se encuentran en el percentil 90 de escepticismo. Para Richard —durante muchos años socio de Altman Weil y hoy un reconocido experto en psicología y comportamiento de los abogados— el abogado medio es un 90% más escéptico que cualquier otro profesional, con todo lo que implica para su cliente, su firma y sobre todo, para la innovación.
No muy alejado de esta línea argumental se expresa siempre en público Noory Bechor, CEO y cofundador de la conocida consultora tecnológica israelí LawGeex. Según han estudiado, un 92% de las firmas de abogados fallan en la implementación de tecnología legal tras un piloto contra solo el 8% de firmas que consiguen adoptarla con éxito. Basan los resultados en que en estos momentos hay una tendencia clara en querer comprar nuevas soluciones sin tener en cuenta las necesidades. Desde LawGeex desconfían cuando en un despacho comentan de forma genérica que tienen ganas de hacer cosas con Inteligencia Artificial y creen que una firma está preparada para adoptar nuevas herramientas tecnológicas cuando se formulan preguntas del tipo: “¿Por qué pasamos tanto tiempo revisando contratos?”. Y es que la industria legal tiene una obsesión con lo que Mark Harris, el autor del conocido artículo Managing Risk with austere workforce: The Who vs. The How denomina el “quién” en la entrega de los servicios legales. Y no es el “quién” sino el “cómo” lo que debe de preocuparnos.
Al final no solo es verdad que la tecnología está sobrevalorada (over-hyped) sino que además, según se desprende de lo que se escuchó en la conferencia anual de Legal Geek, no sabemos utilizarla. Hoy, por mucho bombo que le demos a la innovación, muchos, más que innovar, intentan modernizar. Solo unos pocos entienden lo que realmente significa innovar y esos son los que, de verdad y sin exagerar, empiezan a aprovecharse de la evolución tecnológica.
Jordi Fernández
Director de Innovación y Desarrollo de Cliente de Gómez-Acebo & Pombo
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