Innovación Legal
27 marzo 2019
La innovación: motor para el bienestar y la felicidad de los abogados
Por Sara Molina
TWITTER @SaraMolinaPT
Seguramente a muchos de los lectores les ha podido sorprender que en un blog dedicado a la gestión y a la innovación dedique mi artículo al bienestar y la felicidad. Me parece importante reflexionar acerca de cuáles son realmente nuestras metas y objetivos, ya que a veces la vida diaria, el estrés y el trabajo hacen que perdamos el rumbo de lo que buscamos y aquí es dónde la tecnología puede ayudarnos a generar valor y un mayor bienestar en los despachos.
De nada nos sirve tener la mejor firma del mundo si perdemos por el camino lo más importante: ser felices. La clave por tanto, y la mejor estrategia, nace de la propia actitud. Me gusta decir que la clave del éxito y la mayor innovación en el despacho no está en un software (que es una herramienta) sino en tu propio hardware y en el de las personas que trabajan contigo. Quizás ha llegado el momento en el que debes ocuparte del bienestar, del autoconocimiento y de ser un experto en ti mismo y en tu equipo.
Si una firma quiere que sus trabajadores den siempre lo mejor y el máximo de sí mismos y consigan los objetivos establecidos sólo podrá conseguirse si existe una estrategia centrada en desarrollar el bienestar para crear un entorno donde cada persona se considere parte de la arquitectura del despacho, se sienta cómodo en ella, y pueda asumir los valores de la firma como propios.
Al respecto, Paula Fernández-Ochoa, socia de +MoreThanLaw y VivircorRiendo, apunta que “conscientes de esta realidad, cada vez son más los despachos de abogados que implementan programas de bienestar en sus equipos (Squire Patton Boggs, Cuatrecasas, EY, Deloitte o Garrigues), siendo el objetivo principal la reducción del absentismo laboral y, con ello, la mejora de la productividad de los empleados y su alto rendimiento. También así se potencian los valores propios del deporte, como la capacidad de superación, esfuerzo, trabajo en equipo o la gestión del tiempo y planificación, y se consigue atraer y retener talento, logrando así tener verdaderos embajadores de marca en las firmas. Por tanto, son medidas que tienen impacto positivo en la salud de los profesionales, en la imagen interna y externa de marca de los despachos y, en definitiva, en el desarrollo de negocio. ¡Todos ganamos!”
Por este motivo el Instituto de Salud Mental de la Abogacía – Mental Health Institute of Legal Professions (ISMA-MHILP), del que formo parte desde hace meses, hará público en el XII Congreso Nacional de la Abogacía el Informe de Bienestar orientado a la evaluación del estrés y la calidad de vida basada en datos cuantitativos y cualitativos. En palabras de Manel Atserias Luque, presidente del ISMA-MHILP: “Queremos que la salud mental y el bienestar de las abogadas y abogados sea la primera prioridad de la abogacía institucional española durante los próximos años. Nuestras alianzas con la abogacía anglosajona nos permiten conocer, de primera mano, qué se está haciendo para abordar esta realidad silenciada. Además de explicarla, tendremos la oportunidad de presentar los resultados de un estudio pionero a nivel español y, probablemente europeo”.
Este estudio, que realizamos con la Editorial Lefebvre, incluye una breve encuesta y una parte experiencial que recogerá la actividad real de abogados y abogadas en un proyecto de Legaltech centrado en las personas. Los datos biométricos se monitorizarán gracias a unas pulseras inteligentes que medirán la actividad de forma personalizada durante un mes y las conclusiones se incluirán en el informe final. Esto supone poder definir el camino para tomar las medidas y políticas tendentes a mejorar la calidad de vida, el bienestar y por ende la eficiencia y la atracción del talento.
Cualquier abogado puede sumar en esta iniciativa y para hacerlo debe acceder a través de la página https://estudiosaludabogacia.lefebvre.es/
El concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se ha ampliado a lo largo de los últimos años hasta llegar a englobar una nueva área que hasta ahora podía quedar excluida por algunas organizaciones, la parte más relacionada con la gestión de personas y la necesidad de crear entornos de bienestar. Un alto nivel de estrés está estrechamente relacionado con aspectos empresariales y de rentabilidad como la rotación y/o fuga de talento valioso en las organizaciones.
El mercado jurídico internacional, influido por el uso de la tecnología (mal gestionada), conlleva que los límites estén cada vez más desdibujados entre el ámbito profesional y el personal. Pero la desconexión digital ya es una realidad y será un derecho adquirido. El pasado 3 de octubre de 2018 se aprobó en el Congreso el derecho a la desconexión digital. El derecho a no ser molestado fuera del horario de trabajo. Incluido en el Nuevo Reglamento General de Protección de Datos (NRGPD), se regula esta materia de forma amplia añadiendo 21 nuevos artículos bajo el epígrafe “Garantía de los derechos digitales”. El proyecto de Ley ya está aprobado y no tardará en ser una realidad en la sociedad española. Como todo, habrá un proceso de adaptación en el que las empresas, públicas y privadas, deberán elaborar una política interna dirigida a los trabajadores, directivos incluidos, para definir tanto la forma en la que se ejerce este derecho a la desconexión, como acciones de formación y de sensibilización del personal “sobre un uso razonable de las herramientas tecnológicas que evite el riesgo de fatiga informática”.
Pasar más horas de las necesarias trabajando no garantiza una mayor productividad, al contrario puede ser un indicador de la mala gestión del mismo. En entornos muy exigentes o competitivos, podemos encontrar sintomatología derivada de una alta carga de trabajo y de la poca gestión del mismo por parte de las personas que lo padecen. Este hecho hace que nos enfrentemos a un estrés constante que tenemos en ocasiones tan interiorizado, que no lo detectamos como síntoma, al formar parte de la rutina diaria, y que provoca que seamos menos eficientes y la salud se resienta a medio plazo.
En palabras de Borja Suárez, socio de Brandsen & Tourgout: “Una de las preocupaciones que Socios de despachos de abogados nacionales e internacionales nos trasladan es, precisamente, el elevadísimo nivel de estrés que tienen y cómo les afecta ya no únicamente a nivel laboral, sino personal también. La familia, los amigos, el entorno mas cercano sufre las consecuencias de la no gestión de esta sintomatología”.
Por otro lado, despachos y empresas no se preocupan por evaluar estos niveles y, desde nuestro punto de vista, están dejando fuera una actividad o punto importante en la evaluación de sus colaboradores. Esto no debería ser así pues influye de forma directa en los resultados individuales, de los equipos y, por tanto, de los resultados globales de departamentos y de las compañías.
Existe una carencia manifiesta en la formación de los managers y socios en soft skills donde podríamos incluir la gestión del estrés (propia y de sus equipos) como una herramienta más para trabajar, controlar y trasladar en cascada. Es responsabilidad de aquellos que gestionan personas y lideran el conocer el estado psicológico, anímico y emocional de sus colaboradores y adecuar la exigencia a cada uno de ellos. Es deber de los despachos y de las empresas, desde el departamento de recursos humanos, aplicando métricas basadas en People Analytics, el conocer el estado de las personas de cada equipo y poner los medios adecuados para controlar y mitigar el estrés en el entorno laboral.
La innovación apoyada en las personas y en la tecnología debe tener un papel central porque es lo que ayuda a las firmas a crecer en todos los aspectos y tener ventajas competitivas que les permitirán mantener el éxito, y si esta innovación es en RSE el valor añadido será altamente social y rentable.
Sara Molina
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