Innovación Legal
09 septiembre 2019
La transformación digital como estrategia
Por Eva Bruch
TWITTER @evabruch
Sentada ante el ordenador un sábado por la tarde preparando este artículo, veo por el rabillo del ojo los pies de mi hija a través de la puerta de su habitación. Está tumbada en el suelo construyendo una casa con Lego®, como hacía yo misma hace muchos años cuando no había móviles, tablets, ordenadores ni internet. No hay muchos juguetes que hayan sobrevivido tantos años, menos aún que merezcan la atención de una niña de 10 años. Es casi una proeza.
En una economía globalizada y tecnologías al alcance de todos, los despachos profesionales están empezando a recorrer el camino de la transformación digital, porque seguir siendo una opción relevante para potenciales clientes después de muchos años, va a ser una proeza que solamente unos pocos lograrán.
La transformación digital es un viaje que necesariamente deben emprender los despachos, no importa su tamaño. Cuán lejos se quiera llegar lo decide cada uno.
Todos los despachos, salvo contadas excepciones, están en un proceso de transformación digital. Una parte importante están enfrascados en la adopción de un nuevo software de gestión de expedientes, otros ya han superado esta etapa y buscan sistemas de gestión documental algo más eficientes. Aquellos que ya tienen este tema resuelto están avanzando hacia la mejora de la gestión del conocimiento, algo que lleva más tiempo y resulta más complejo. Otros buscan sistemas CRM, o empezar con el marketing digital, las redes sociales, etc…. La implementación de herramientas tecnológicas, ahora legaltech, para la mejora de procesos internos acostumbra a ser el último bastión a conquistar en búsqueda de un incremento de la eficiencia y la rentabilidad.
En un sector tan tradicional y poco acostumbrado a cambiar, en especial cuando la necesidad del cambio no llama precisamente a la puerta, en 2018 la media de crecimiento de los despachos fue de un 7% según el diario Expansión, en un entorno que parece vivir eternamente en la autocomplacencia, toda iniciativa de cambio ya es un éxito en sí misma. E insistimos en que son muchos, prácticamente la mayoría, los despachos que están dando pasos hacia la transformación digital.
Pero existe una diferencia entre implantar tecnología y adoptar la transformación digital como estrategia. La transformación digital entendida como la adopción de tecnología per se, permite seguir compitiendo en el mercado; adoptarla como estrategia supone agregar valor al cliente y con ello, diferenciarse, una importante ventaja competitiva.
Cuando se adopta la transformación digital como estrategia, el punto de partida es completamente distinto, pues no trata de cubrir necesidades tecnológicas del despacho, trata de alinear la estrategia de la firma con la satisfacción de las necesidades de los clientes y buscar las tecnologías adecuadas para ello.
Un despacho que quiera implementar la transformación digital de forma estratégica normalmente habrá adoptado ya o estará adoptando los sistemas tecnológicos citados antes como base de un funcionamiento normalizado en una sociedad que está entrando ya en la cuarta revolución industrial o industria 4.0.
Partiendo de esta base, una estrategia de transformación digital se convierte en un proceso de cambio continuo que tiene su punto de partida en los clientes. Satisfacer necesidades de los clientes mucho mejor que otros despachos, proporcionándoles una experiencia óptima, no se logra haciendo lo mismo que siempre pero en “modo digital”. Es necesario rediseñar la forma de trabajar, algo que requiere tiempo y dedicación de todas las personas de la organización incluyendo los propios clientes.
Típicamente, un plan estratégico de transformación digital se inicia con un análisis de la organización, su grado de madurez digital, su entorno competitivo y el de sus clientes, lo que permitirá diseñar una hoja de ruta de transformación digital que comprenderá las acciones a desarrollar en los siguientes tres años. La hoja de ruta de transformación digital es el auténtico punto de partida del proyecto u sus pilares básicos inciden en la cultura de la organización, su estructura o modelo de negocio y la experiencia del cliente. La tecnología se encuentra debajo de estos pilares, dando forma a las decisiones estratégicas.
Qué tecnologías implante un despacho y cómo las utilice forma parte de su estrategia de transformación digital, porque si todos somos iguales entonces ¿en qué nos diferenciamos? Son las diferencias aquello que nos hace únicos.
¿Y tú qué quieres ser? ¿Quieres ser el Lego® del sector, uno más o quieres ser genuinamente distinto?
Eva Bruch
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