23 mayo 2022

Miedo e innovación

Laura FauqueurPor Laura Fauqueur
TWITTER @laurafauq

Hoy mi hija Zoé tenía que hacer su primera presentación en inglés delante de la profe y toda la clase. Le tocaba hablar del lobo gris, el Gray Wolf. Se ha aprendido (¡no vale leerlas!) unas fichitas escritas con mucho cariño durante el fin de semana, y traía un power point con tantas animaciones y transiciones que daba dolor de cabeza verlo. Nos ha pedido ayuda para cronometrarla, corregir sus faltas y ayudarla con la pronunciación. Lo tenía bien preparado.

Se acostó anoche con dolor de tripa, y se levantó igual. Del estrés, dijo ella, con sus 11 años a punto de cumplir. La presentación era por la tarde, después de comer. ¿Qué pasaría si de aquí a entonces se le olvidaba lo que tenía que decir?

Es el “trac”, le dije.

El trac es lo que llamáis aquí el “miedo escénico”. Debe ser que lo padecemos más los franceses, pues tenemos hasta una palabra específica para ello y los españoles, no. Y como no podía ser de otra forma, como buena gabacha que soy, padezco trac la inmensa mayoría de los días de mi vida. Me temo que, como tantos y, sobre todo, tantas, quienes padecemos el síndrome del impostor, el trac es algo con el que convivimos. Ese miedo a hacerlo mal, a no estar a la altura, a que algo salga mal, por nuestra culpa.

Pues bien, si hay algo que los que padecemos el síndrome del impostor podemos enseñaros a los demás es que, con el miedo, se convive. Como dijo Mark Twain, “el valor es resistencia al miedo, dominio del miedo, no ausencia de miedo”.

En efecto, yo tengo miedo siempre. Qué pasará si aquello no sale bien. Si digo una tontería. Si me equivoco. Si este proyecto fracasa. Si la colaboración no da sus frutos. Si este cliente no queda satisfecho con el trabajo. Si la charla que doy no gusta. Si no tengo el nivel suficiente para esta persona u organización. Si la formación que imparto no enseña nada a nadie. Si defraudo a quien tiene una percepción positiva de mi trabajo. Si quien lee esta entrada en el blog de Abogacía Española, piensa que ha perdido el tiempo.

Vaya estrés, ¿verdad? Así vivo yo, todos los días. Pero si algo he aprendido, es que el miedo forma parte de mi vida, y será así siempre.

Así que vivo con ello, y lo mantengo a raya para que no me impida hacer todas estas cosas que quiero hacer. Tengo un propósito que me ayuda a seguir adelante.

En el ámbito de la innovación, que es de lo que hablamos en este blog, el miedo a equivocarse es a la vez omnipresente, necesario y deleznable.

El miedo es el gran enemigo de la innovación si no se doma. Porque innovar pasa por aceptar este miedo a no saber qué pasará después, a lo desconocido, y abrazarlo.

El miedo, si bien me permite entrever posibles futuros indeseables y me obliga a ser más precavida y prudente en determinadas situaciones, no me impide hacer estas cosas que me aterrorizan. Sea hablar de legal design en el Ayuntamiento de Helsinki en Finlandia delante de más de 1000 profesionales, lanzarme en la aventura de crear un capítulo de Legal Hackers en el año 2015, organizar hackathons, o agitar mentes y prácticas jurídicas inventándome una empresa, Legal Shake.

Mis miedos son inmensos, pero no dejo que me impidan hacerlo. Tengo un propósito y eso me permite avanzar siempre, aterrada, pero sin paralizarme.

Si quieres innovar, primero ten claro tu propósito.

Innovar sin propósito es más difícil, y no siempre funciona pues te pararán más fácilmente tus miedos.

Tener un propósito te permite mantener el miedo a raya, aceptar lo desconocido y entonces sí, innovar.

Mi hija ha vuelto del cole. He hecho su presentación. Le ha salido muy bien. Cuando vio primero las presentaciones de los que pasaron antes que ella, pensó que la suya no estaría a la altura, pero finalmente la hizo y sí, salió muy bien.

Zoé ya ha hecho su primera presentación en inglés. Es una valiente. En unas semanas, tiene otra. Seguirá teniendo trac, pero lo hará, y bien.

Todos tenemos este tipo de recuerdos de la niñez. Pero, en el ámbito profesional, ¿qué haces en las situaciones en las que podrías ser tú quien tuviese que pasar trac por hacer algo desconocido, una nueva iniciativa o un proyecto? ¿Abrazas la incertidumbre de la innovación, o huyes de estas situaciones imprevisibles e inconfortables? ¿Eres valiente como Zoé?

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