04 noviembre 2019

Pinchando la burbuja legaltech

Barbara RomanPor Bárbara Román
TWITTER @NoLegalTech

Me ha gustado mucho que mi compañero de blog, Jordi Estalella, sacara el tema de la burbuja legaltech en su último artículo. En él podéis encontrar datos e información de por qué parece que se está generando una burbuja en el sector, donde todos los despachos y abogados molones “tienen una legaltech”, “hacen smart contracts” o “te lo ponen todo en blockchain”. Lo pongo entre comillas porque son expresiones que he ido escuchando en las últimas semanas de boca de abogados y profesionales del derecho*[i], pero volviendo al artículo de Jordi, parto de su pregunta final para iniciar mi artículo de hoy:

¿Estamos ante una burbuja legaltech? Que conste que ya en la Legal Geek de 2017, a la que tuve el placer de asistir en Londres, esta misma cuestión fue planteada por el CEO de Crowdicity, Rob Wilmot, y algunos de los asistentes a este primer evento se mostraban un poco escépticos por la entrada de inversores y de despachos un poco a lo loco en el mundo tech, preguntándose a dónde nos llevaba eso a quienes nos tomamos en serio la tecnología en el sector legal. Por entonces, la opinión generalizada era que no, que simplemente estábamos ante una explosión de la fuerza imparable que la tecnología había demostrado en todos los sectores, y que de manera irremediable llegaba al sector legal. Entonces para mí tenía todo el sentido del mundo, porque eso de la legaltech era una cosa de frikis y outsiders donde los despachos grandes se metían por un tema de marketing y los pequeños lo intentaban por diferenciarse e innovar en las propuestas de productos y servicios. Si existían ventajas competitivas para los profesionales, si se abrían nichos de mercado por explorar, si las necesidades de financiación de proyectos se veían cubiertas por inversores, ¿qué había de malo en que explotara por todas partes la legaltech?

Dos años más tarde, esa explosión ha dejado algunos daños colaterales y el entorno en el que nos movemos ya es otro:

– La tecnología ha ido madurando con el paso del tiempo, pero el marketing le ha ganado terreno. Ahora parece que todos los abogados deben aprender a programar, que si llevas el negocio de una manera tradicional estás condenado a la extinción, y que si no usas al menos 3 herramientas tecnológicas que te ayuden a ser más eficiente vas a caer en las garras de los robot-zombies.

– Existe más información disponible para el público en general, así que quien tiene interés puede acercarse de una forma fácil y cómoda al mundo tecnológico para explorar, pero seguimos con la especulación de quienes dicen que hacen, pero no hacen una m**.

– Se ha generado una especie de fábula, donde la tecnología sustituye al abogado tradicional y todos los clientes del futuro son felices con sus robots de asistencia legal, cuando la tecnología es una herramienta igual de eficaz como en su momento lo fue la máquina de escribir, y simplemente llegará un momento en que acabará encontrando su hueco en la vida de todos, a diferentes niveles.

– El mundo legal se ha polarizado entre quienes abrazan la llegada de la tecnología y de nuevas formas de hacer las cosas, y quienes han demonizado el uso de herramientas tecnológicas o las novedades que llegan al sector legal, porque “nos quitan trabajo”.

Bueno, pues antes de que llegue Legal Robotics Skynet 5.0 a este mundo a matarnos a todos, me gustaría aprovechar este rincón para aclarar un par de cosas en este sentido. No es cierto que la Legaltech vaya a dejarnos a todos sin trabajo, es la forma en que el mundo evoluciona lo que nos va a dejar sin trabajo. Para dejar fuera de juego a un abogado no basta con tener una app que haga su trabajo mejor, o más rápido, o más barato; se necesita una masa crítica de ciudadanos que decida usarla y optar por esa posibilidad. No basta tampoco con lanzar al mercado soluciones tecnológicas que no resuelven ningún problema concreto; habrá que realizar un análisis más riguroso del mercado y de las necesidades de los que demandan esas soluciones para crear una industria legaltech potente y que de verdad se ponga al servicio de los abogados o de sus clientes.

Siempre hemos sido un mercado fragmentado, individualista, donde el ejercicio profesional se practica discretamente, desde la mesa de cada uno, y el choque frontal con la cultura tecnológica, más abierta a la transparencia, a la colaboración, a la comunidad es inevitable. Desde mi punto de vista, nos encontramos en este choque con tres corrientes diferenciadas:

  • Quienes piensan que el papel de los abogados, considerándolos como profesionales que no desaparecerán jamás, es más sencillo con la tecnología;
  • quienes acusan a la tecnología de generar monopolios legales, donde plataformas internacionales mecanizadas se adueñan de los servicios jurídicos y alejan a los ciudadanos de los profesionales, degradando la calidad del servicio;
  • quienes critican la llegada de cualquier novedad (no solo tecnológica, sino formal) porque eso de la innovación “es un truño” (lo pongo entre comillas porque quiero respetar la literalidad del autor de esta frase).

Personalmente espero que triunfe la primera, y que el resto mueran (las corrientes, no las personas). Como profesionales no podemos obviar las ventajas que la tecnología ofrece en nuestro sector, pero no nos dejemos cegar por palabras sugerentes y vacías de contenido. Que nadie os diga lo que tenéis que hacer, ni siquiera yo, porque cada uno conoce su trabajo y su día a día, que pruebe a ver qué funciona y qué no. Más sentido común, menos brilli brilli.

La supervivencia es opcional.

Blop**[ii].

Bárbara Román
TWITTER:NoLegalTech 
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[i] una legaltech no es un coche, no se tiene o se deja de tener. Los smart contracts no se hacen, porque no son contratos, más bien se programan y requieren un entorno bastante más complejo que un despacho de abogados para poder desarrollarse bien. Y si me lo pones todo en blockchain, a lo mejor es que estás pensando que blockchain es un color. Señor, danos paciencia para aguantar a esta gente

[ii] Esto es la burbuja pinchando…

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