Innovación Legal
06 septiembre 2021
Por qué fallan los proyectos de Inteligencia Artificial
Por Elen Irazabal
Seguramente os acordaréis del primer “robot abogado” Ross Intelligence y de los artículos que se escribían hablando de este robot como si se tratara de la película Minority Report. En el año 2020 anunció su cierre definitivo propiciado por el litigio en ciernes a causa de la demanda que presentaron Thomson Reuters y Westlaw.
No es fácil para una startup enfrentarse a este tipo de litigios especialmente contra las grandes del sector. Aunque a no todas las startups se enfrentan a este tipo de problemas, sí que todas tienen denominadores comunes a la hora de enfrentar un proyecto o emprendimiento con Inteligencia Artificial.
A continuación, vamos a enumerar una serie de hechos que se deben evitar y tener en cuenta para poder realizar proyectos de éxito, o al menos, minimizar errores.
Un error muy básico es no hacer un cálculo entre costes y beneficios. ¿Hacer un proyecto de Inteligencia Artificial me va a traer más beneficios que costes? ¿Cuánto me vale en tiempo y en dinero hacerlo? ¿Tengo recursos a mi disposición o tengo que buscarlos fuera? ¿Qué parte de mi trabajo quiero delegarlo en la IA? ¿Me quita mucho tiempo hacerlo sin la IA? … En definitiva, no hagamos proyectos de IA porque está de moda o por querer aparentar ser
innovadores, sino hagamos proyectos que sean rentables.
Otro error no tan básico, pero sí esencial: no conocer los límites de la Inteligencia Artificial y lo que puede llegar a hacer. Las noticias y titulares, como las que salían en relación a Ross Intelligence, dan una sensación de que la IA es infalible y que puede hacer de todo. No es así, la IA tiene muchos límites y hay que conocerlos para poder saber a qué nos atenemos cuando queremos emprender un proyecto de este calibre.
Una recomendación que suelo dar para conocer los límites y posibilidades es formarse. No hay que formarse cuando vayamos a emprender el proyecto, sino antes. De esta manera, veremos aplicaciones que no veríamos sin eso formación, tendríamos una visión mucho más realista de la IA y si queremos buscar colaboraciones, sabemos con lo que estamos tratando. Colaborar con una empresa que desarrolle IA, o buscar profesionales que te lo hagan, sin saber en qué
consiste la IA, no va a resultar ser muy fructífero. En muchas ocasiones los proyectos fallan o no salen por desconocimiento de cómo funciona el mercado del dato, y por no entender a que se enfrentan los profesionales que realizar estos proyectos. No cometamos este error, formarse hoy en día no es caro ni requiere de mucho tiempo.
Por último, la Inteligencia Artificial puede dar beneficios a largo plazo. A corto plazo mayormente es inversión, investigación, puesta en marcha y aprendizaje continuo donde no tiene porqué obtenerse beneficios. Es decir, requiere de mucha paciencia y de compromiso con el proyecto, además de tener los recursos necesarios para darle una viabilidad a largo plazo. Muchas startups se encuentran con este problema, no tienen los mismos recursos que las grandes empresas con las que compiten en los primeros años de vida, y fracasan.
Acabemos con una nota positiva: no todo es malo. Lo que la IA nos trae es que incluso los proyectos que nacen con un equipo pequeño y con pocos recursos, pero que consiguen dar con la tecla, pueden prosperar y competir con las grandes. Son estos profesionales que optan por arriesgarse para aportar un nuevo valor e innovar, los que cambiarán el mercado legal.