09 mayo 2016

Retos jurídicos de la Cuarta Revolución Industrial

ENATIC BLOG
Foto: Mauricio Rodríguez Bermúdez Abogado – Director “R&B = a+c

Junto al debate entre detractores y partidarios de las nuevas formas de producción, es incuestionable que su volumen de negocio alcanza ya importantes cifras. La profesión de abogado aparece en el listado de riesgo de empleos perjudicados por estos cambios tecnológicos, pero a la vez, se abre un campo de oportunidades y nuevos retos, adaptando la prestación de servicios jurídicos a las actividades innovadoras y los perfiles de los clientes.

Una de tantas consecuencias de la invención de Gutenberg, produjo en su día una paulatina modificación de la forma en que se venía prestando hasta entonces el asesoramiento jurídico, bajo la característica común de la gran dificultad del acceso a las fuentes del Derecho y falta de conocimiento de las resoluciones de los conflictos cotidianos.

Con posterioridad, el “maquinismo” de la Primera Revolución Industrial (telares, barco de vapor, locomotora…) llevó a un importantísimo cambio de la estructura socioeconómica, iniciándose desconocidas actividades de negocio generadoras de nuevas formas de relaciones jurídicas, más allá de las fronteras del Código Civil. Lo que se agravó con las invenciones derivadas de las nuevas fuentes de energía (fabricación en cadena, radio, teléfono, automóvil, avión…). Y cuando seguíamos aún asimilando los impactos en nuestras vidas de la combinación entre ciencia y tecnología (microelectrónica, telecomunicaciones, bioingeniería, sociedad de la información…), nos vemos ya inmersos en la Revolución de la “Industria 4.0”, con la denominada “digitalización de los sistemas de producción”, que, muy resumidamente, se extiende a diversos desarrollos en áreas transversales e interrelacionadas como:

  • Robótica: vehículos autónomos, drones, impresoras 3D, robots industriales o de servicios, militares, casi humanos
  • Smart Cities: ciudades inteligentes integradas y equipadas de manera segura y eficiente para poder explotar todos su activos (escuelas, bibliotecas, sistemas de transporte, plantas eléctricas, hospitales, medio ambiente), de forma que armonicen inversión, ciudadanos, comunicaciones, e infraestructuras, apoyándose en el uso y la modernización de nuevas tecnologías (TIC), y dando como resultado una mejor calidad de vida.
  • IoT -Internet of Things-, o red de objetos físicos que recopilan e intercambiar datos entre sí, generando información no humana (máquinas, dispositivos o productos, fábricas, vehículos, edificios, electrodomésticos, etc.).
  • IA -Inteligencia Artificial-, constituida por sistemas informáticos que puedan simular la inteligencia humana (reconocimiento visual y de voz, comprensión del lenguaje, toma de decisiones…)
  • Realidad aumentada y virtual (videojuegos), redes 5G.
  • Big Data y Deep Learning: Se trata de cantidades extremadamente grandes de datos que se analizan de forma que revelan patrones o secuencias que nos pueden ayudar a explicar y predecir comportamientos así como su interacción. En un primer paso, una empresa protege, estructura y analiza su datos para establecer patrones y tomar decisiones sobre estrategias de negocio (Big data analytics); a continuación, sumando Data Science e Inteligencia Artificial se evoluciona al llamado Deep Learning, o aplicaciones basadas en redes neuronales que consiguen que los ordenadores y dispositivos aprendan de los patrones complejos de comportamiento detectados en los datos que van recopilando (Data Lake), aumentando su autoaprendizaje con resolución de problemas, ayudando a las personas a tomar decisiones, mejorando competitividad y servicios (como ya hacen Google, Facebook, YouTube o IBM – Watson).

DESVENTAJAS Y DESAFÍOS

En las conclusiones del último Foro Económico Mundial de Davos se calculó que la Cuarta Revolución Industrial supondrá la próxima desaparición de más de 5 millones de puestos de trabajos en los 15 países más industrializados del mundo. Se ha comenzado por los empleos con alto componente manual (robots en oficinas de correos de Alemania, Kiva en Amanzon). Igualmente la inteligencia artificial afectará negativamente a muchas profesiones cualificadas prestadoras de servicios, entre las que se incluye el ejercicio de la abogacía.

Como en las revoluciones precedentes, el proceso de transformación que conllevan impone alteraciones en los modelos productivos de los que sólo se benefician, en un principio, unos pocos. A medida que la sociedad se vaya adaptando al nuevo entorno, la desigualdad de rentas se irá reduciendo, si bien no de forma automática ya que históricamente se ha exigido al capital humano (quien haya podido aprovechar estas nuevas oportunidades), la adquisición de destrezas y habilidades para participar en el inventado proceso de producción.

RETOS Y OPORTUNIDADES

 Según las últimas estimaciones para la Unión Europea, este cambio provocará que en el sector tecnológico se creará también empleo, pero destinado a trabajadores con altos conocimientos informáticos, habilidades comunicativas y versatilidad, cuyas completas características y denominación aún es no está perfilado.

Este contexto está permitiendo, por ejemplo, que las empresas puedan adaptar productos y servicios para clientes en cualquier parte del mundo, y que éstos utilicen la propia fábrica para atender a sus preferencias individuales. Todo ello supone, al menos, la necesidad de sistemas ciber-físicos (CPS, o comunicaciones de máquina a máquina), uso intensivo de TI y tratamiento de una importante cantidad de información y datos, creándose estructuras ligeras pero altamente eficientes, con notable reducción de costes, lo que está facilitando el retorno de quienes practicaron el outsourcing (traslado a zonas con mano de obra barata) a sus países de origen.

SERVICIOS JURÍDICOS ESPECIALIZADOS

Todo parece indicar un modelo diferente del ejercicio del asesoramiento jurídico, tanto para el nuevo entorno de vida de los clientes (nativos digitales), como en las empresas. En primer lugar, es un importante reto en sí mismo, por la formación especializada y continua que se requiere, también con distintos medios y formas de trabajo, alterando la gestión tradicional de los despachos (TIC, marketing, flexibilidad horaria, teletrabajo, habilidades, captación de talento y salvaguarda del conocimiento diferenciador…).

Ante esta incipiente pero consolidada actividad económica, parece que se precisaría el ejercicio profesional del asesoramiento y consultoría desde el mismo inicio del negocio (protección de innovaciones, constitución de startups), adecuando a las particularidades de emprendedores o empresas en funcionamiento, clientes y proveedores, los conocimientos del marco regulatorio en que se habrán de desenvolver.

De este modo, podría ser útil la orientación hacia la prestación de servicios en áreas de práctica especializadas, por ejemplo, en “Compliance 360º”, y dentro de éste en las materias del conocido como “IT Compliance”. Así podríamos enumerar, sin exhaustividad, la privacidad y protección de datos (bajo el reciente Reglamento UE), seguridad de la información corporativa, sociedad de la información, comunicaciones electrónicas, control de dispositivos de empresa y personales, propiedad intelectual e industrial, estándares contractuales (SLAs), continuidad de negocio, etc.; sin olvidar el gran desarrollo y papel de las Administraciones Públicas en todo este proceso, con su permanente transformación digital, bajo las normas de transparencia en la información que generan y recaban de todos los ciudadanos.

¿Nos adaptaremos a las nuevas necesidades y encontraremos un hueco en esta “economía de la tecnología”, o acabaremos convertidos en una suerte de obligados o voluntarios “neoluditas”?

Mauricio Rodríguez Bermúdez

Abogado – Director “R&B = a+c”

www.rbac.es

 

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