25 julio 2012

Abrid escuelas y se cerrarán cárceles

La frase de Concepción Arenal brilla en estos días con fuerza inusitada. Parece ser que no hemos aprendido nada en este tiempo, ya que nos encaminamos en sentido opuesto, sustrayendo recursos a las escuelas al tiempo que aumentamos la dotación para construir más y más cárceles.

En el terreno penitenciario, llama poderosamente la atención que la inversión lo sea en macrocárceles, en edificios pero no en personal cualificado para su reinserción, no en profesionales de la psicología o la educación, por ejemplo. Su dotación sigue siendo insuficiente, cada vez más insuficiente. Tampoco se piensa en todos los recursos externos dedicados a la reinserción de los penados, comunidades terapéuticas, pisos de acogida para los permisos, como si con la mera presencia testimonial fuera suficiente.

La inmensa mayoría de la población penitenciaria la constituye pequeños/as delincuentes con delitos leves. Las prisiones están repletas de personas con enfermedades mentales. Son muchas las personas que ingresan por condenas incluso de tres o seis meses al haber sido revocadas las suspensiones de condenas. Las alcoholemias reiteradas son también un pase directo a los centros penitenciarios. Las condenas tan breves acaban cumpliéndose íntegramente sin apenas reinserción y colapsando unos recursos que no se ajustan al perfil del delincuente. Contamos con unos niveles de población en prisión preventiva nada defendibles. (*)

Así las cosas, parece que apostar por medidas alternativas a prisión no solo es una propuesta interesante desde un punto de vista económico, ya que cuestan mucho menos que mantener una plaza penitenciaria, sino sobre todo, y esto sí que nos interesa a nosotros, porque sus efectos reinsertadores están más garantizados.

(*) “La prisión preventiva, que hoy, como regla general, se aplica al sospechoso de haber infringido las leyes, debiera ser, y esperamos que será algún día, una excepción”. Pudiera haber sido dicha ayer mismo por cualquier Letrado sensibilizado por las cuestiones penales y penitenciarias, ¿verdad? Más no es así, fue Doña Concepción Arenal quien lo escribió ya hace algunos años en “Estudios penitenciarios”.

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/estudios-penitenciarios–0/html/

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