08 marzo 2017

8 de marzo: Por los derechos de las mujeres. Por la igualdad

El 8 de marzo es un día importante porque simboliza la lucha de las mujeres por sus derechos. No es solo un día importante para las mujeres, sino para toda la sociedad, porque una sociedad no puede ser democrática ni progresar si no se respetan los derechos de la mitad de su población. Hemos avanzado mucho en este ámbito, es cierto. Las mujeres de mi generación estrenamos derechos y libertades, pero hoy sufrimos una gran involución. Los avances legislativos no se corresponden con el avance social y se producen y repiten actitudes y comportamientos machistas muy preocupantes entre las generaciones más jóvenes.

Estos días se difunden cifras que plasman de una manera cruel la desigualdad: desigualdad salarial, desigualdad en el acceso a los cargos de representación o a los niveles superiores de las organizaciones, desigualdad en la responsabilidad de cuidado de hijos o familiares, etc.

Estas desigualdades se observan también en nuestra profesión. Hasta 1922, las mujeres no fueron admitidas para ejercer la Abogacía, y no en todos los Colegios. Aunque actualmente casi el 50% del colectivo son mujeres, esta cifra no es sinónimo de una efectiva equiparación a todos los niveles en el ejercicio y en toda la extensión de la profesión, lo que se traduce en un menor peso económico, menor reconocimiento social, menor prestigio profesional, menor presencia y participación institucional de las mujeres abogadas. Por eso debemos trabajar para que se corrija la desigualdad en la profesión.

Ayer constituimos un grupo de trabajo en el Consejo General de la Abogacía para avanzar en este sentido, porque entendemos que el enfoque de género debe incorporarse en la actuación letrada como herramienta de cambio social. Es imprescindible aprender a identificar y eliminar prejuicios y estereotipos que mantienen y reproducen distintos modos de discriminación. Los profesionales de la Abogacía hemos de ser conscientes de la importancia de incluir el enfoque de género en nuestras actuaciones para utilizar el derecho como un mecanismo generador de igualdad y promotor de un cambio social que favorezca relaciones de equidad y no discriminación.

La defensa de los derechos nos atañe a todas. Y a todos.

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