Las cosas son imposibles mientras lo parecen (Concepción Arenal)
25 noviembre 2020
Cuando el 25 N sea solo una fecha en el calendario
Hace ya muchas décadas que la Organización de Naciones Unidas decidió establecer fechas concretas para visualizar la importancia de seguir trabajando contra distintos tipos de problemas sociales.
A propuesta de algún Estado miembro, los problemas compartidos se universalizan para otorgar mayor trascendencia a su importancia y para intentar homologar una misma visión sobre la necesidad de multiplicar los esfuerzos para erradicarlos.
Aunque la batalla del feminismo arranca originariamente a finales del siglo XIX, la humanidad tuvo que esperar hasta los últimos suspiros del XX (1999) para que la Asamblea General de la ONU estableciera este 25 de noviembre como Día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer.
Había transcurrido más de medio siglo desde la fundación de la organización mundial para que se concretase este hito a pesar de que, como todo el mundo sabe, la guerra que dio origen a su creación fue el periodo en que la violencia contra las mujeres se extendió con mayor rapidez y crueldad.
Apenas transcurrieron unos cuantos años entre el momento en que se produjo esa declaración y el que el Gobierno español escogió para aprobar (2005) la primera ley española contra la violencia de Género.
Queda mucho por hacer
Esa ley ha cumplido ya 15 años y, si bien podemos congratularnos de las muchas medidas que se han adoptado desde entonces, queda entre todos un poso de amargura por la persistencia con que la violencia se repite y, trágicamente, se concreta en crímenes de género.
El 25 de noviembre de 2020 es por ello una fecha en la que podemos felicitarnos por lo mucho que entre todos hemos hecho en estos años, pero también para concienciarnos de que ni tan siquiera hemos recorrido todavía la mitad del camino hacia el destino adonde nos dirigimos.
Queda sin duda mucho por hacer. Y en la parte del trayecto que aún tenemos por delante la abogacía está llamada a jugar un papel absolutamente determinante. Porque la supresión de la sensación de impunidad con que se resuelven miles de agresiones es un elemento fundamental en la lucha contra este tipo de violencia y nuestra tarea es absolutamente indispensable a la hora de conseguir que esas agresiones lleguen al juzgado y concluyan con una condena –en 2019 un tercio de los casos se resolvió con la absolución del acusado-.
Ni que decir tiene que, para conseguirlo, las víctimas tendrán que contar con asesoramiento legal desde el mismo momento en que se presenten en una comisaría.
Aunque estamos aún lejos de nuestro objetivo, al menos sabemos muchas de las cosas en las que tenemos que mejorar. No va a resultar fácil. No sabemos cuánto tiempo vamos a necesitar. Pero al menos sabemos que habremos llegado a nuestro destino cuando el 25 de noviembre sea, sencillamente, una fecha más en el calendario.