16 febrero 2017

Los abogados y nuestra profesión

José Ramón Chaves, magistrado ahora en Asturias, escritor, ponente en el último Congreso de la Abogacía en Vitoria, colaborador de la revista Abogacía Española y bloguero en nuestro Blog de Comunicación y Marketing, ha escrito un post sobre los abogados y San Valentín. Aunque no estoy de acuerdo con él cuando dice que cree que son pocos los abogados que están enamorados de verdad de su profesión –yo estoy convencida de que somos muchos- y aunque también se refiere en su último post a los malos momentos –tal como están las cosas, ahora los tenemos casi cada día- tiene un párrafo que no resisto a compartir con todos los abogados y abogadas españoles. Dice así Chaves:

“Hay infinidad de momentos felices y momentos de enamoramiento que nos hacen sentir únicos. Momentos de enamorado en que el abogado no ve por otros ojos que por los de la profesión.

Cuando se puso la toga por primera vez.

Cuando ganó aquel pleito difícil.

Cuando aquel humilde cliente le dedicó aquélla mirada de gratitud y palabras sentidas por haber vencido en un litigio menor.

Cuando el juez le dedicó en sentencia unas breves líneas en que valoraba su esfuerzo y acogía literalmente su alegato.

Cuando aquel extranjero comprendió que ya no sería expulsado del país.

Cuando aquella mujer se sintió libre del maltratador.

Cuando aquel tetrapléjico se fue con un cheque sustancial que no compensaría aquel error médico pero su familia no quedaría en la indigencia.

Cuando aquel ganadero conservaría su cabaña evitándose su expropiación.

Cuando consiguió que aquella familia durmiese tranquilamente tras conseguir la insonorización debida del ruidoso bar vecino.

Cuando siendo abogado de oficio consiguió que su cliente saliese dispuesto a no volver a delinquir.

Cuando logró salir indemne de una reunión de una comunidad de vecinos en pie de guerra.

Cuando celebró con sus compañeros un relajado almuerzo contando anécdotas de aquel insólito litigio que les absorbió su tiempo”.

El martes en Barcelona recibí el premio “Degà Roda i Ventura” que el Colegio de la Abogacía de Barcelona ha concedido al número 100 de la Revista Abogacía Española. Su decano, Oriol Rusca dijo que “los abogados tenemos un gran privilegio: la sociedad nos encarga en exclusiva la defensa de los derechos de las personas. Si no cumplimos” –dijo dirigiéndose a los nuevos abogados que juraron en el mismo acto acatar las normas deontológicas de la Abogacía- “no seremos ni necesarios ni imprescindibles”.

Por eso mismo, o estamos enamorados de nuestra profesión o no somos abogados.

Gracias, José Ramón. Gracias, Oriol.

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