Las cosas son imposibles mientras lo parecen (Concepción Arenal)
01 marzo 2023
Orientaciones para el futuro
La historia de cualquier sociedad, de cualquier colectivo, de cualquier profesión se construye con el esfuerzo cotidiano del conjunto de los individuos que la forman. Si bien el futuro se construye con el paso de los días, no todos los periodos ni las jornadas tienen la misma importancia en el devenir de los años que tenemos por delante. Ciertos eventos y acontecimientos se convierten en puntos de inflexión que, por su trascendencia, se proyectan sobre ese futuro.
En el caso de la Abogacía, el Congreso de León de 1970 supuso un momento de toma de conciencia colectiva sobre las aspiraciones y deseos del conjunto de la profesión, además de un verdadero catalizador en el comienzo del proceso hacia la Transición. Los miembros de la abogacía ejercieron en ese momento de cambio un verdadero liderazgo sobre la necesidad de transformar el sistema de derechos para iniciar la transformación hacia una sociedad plenamente democrática.
Nuestra mirada al futuro no nos plantea, por suerte para todos, el reto de superar un modelo político de restricciones para alcanzar uno de libertades. Pero la pervivencia de nuestro modelo democrático durante 45 años tampoco garantiza plenamente su continuidad ni puede servir como pretexto para continuar avanzando en la conquista de nuevos derechos y libertades.
Más de medio siglo después de aquel complicado cónclave en León, la abogacía española se vuelve a dar cita en un congreso nacional, el décimo tercero desde 1917, que celebraremos los próximos 3, 4 y 5 de mayo en Tarragona. Los retos del futuro se asoman ahora menos complejos y nuestro planteamiento no es ya el de equiparar nuestra situación al del resto de compañeros europeos. De lo que se trata es de mirar al futuro con ambición para que nuestra profesión siga liderando las aspiraciones sociales de las próximas décadas. Para conseguirlo, tendremos la oportunidad de establecer las bases sobre las que proyectar ese futuro mejor para todos.
En cuatro sesiones deliberativas vamos a abordar cuestiones esenciales para el futuro de España como la forma en que podemos seguir avanzando en la consolidación de derechos y libertades, en cuestiones deontológicas, en materias como la formación que necesitaremos en los próximos años y sobre los nuevos modelos de negocio que han irrumpido en nuestro sector trastocando los usos tradicionales de la profesión. Es muy importante que en todos esos debates vuestra participación sea la máxima posible, pues cuanto mayor sea la implicación de los abogados y las abogadas más certeras serán las conclusiones de lo que juntos queremos que sea la abogacía de los próximos años.
Partimos eso sí con una premisa fruto del consenso de docenas de conversaciones: sea como sea la abogacía del futuro deberá ser un servicio de la máxima calidad, fruto de la mejor preparación posible de los compañeros y compañeras. A partir de ahí, el resto está por decidir. Imponiéndonos aquello en lo que creemos, lo vamos a hacer a través del diálogo y del acuerdo.
En el encuentro de Tarragona vamos a centrarnos en el debate de lo que queremos ser en los próximos años, pero también habrá ocasión para actualizar conocimientos en muy diferentes áreas de nuestro ejercicio cotidiano. El programa detallado ya está disponible en la web del Consejo. Ha sido confeccionado para aportar a los congresistas la información más útil con la que trabajar en el día a día de nuestros despachos. A ello se sumará una amplia oferta tecnológica para ponernos al día de las últimas novedades.
Y, lógicamente, nos dará la oportunidad de reencontrarnos para descubrir que ya han pasado cuatro años desde que nos vimos en Valladolid. Estoy segura de que muchos tendréis la misma sensación contradictoria de que apenas ha transcurrido un suspiro en el que han ocurrido muchas más cosas de las que cabía imaginar. Sin que fuera posible preverlo, todo lo que sucedió en la capital castellanoleonesa resultó decisivo para adaptarnos con rapidez a la pandemia y sus consecuencias. Estoy segura de que Tarragona también permanecerá en nuestra memoria porque habremos logrado hacer de este encuentro un nuevo punto de inflexión para la abogacía española.