Las cosas son imposibles mientras lo parecen (Concepción Arenal)
26 septiembre 2017
Cataluña. Pongamos cordura, pongamos seny
La convivencia pacífica en la pluralidad ha sido uno de los logros principales de nuestra democracia tras una desgarradora guerra civil y una terrible dictadura de 40 años.
Fuimos capaces de llegar a acuerdos y encontrar, con diálogo y renuncias mutuas, un marco adecuado para canalizar legítimamente ideas y reivindicaciones. Así hemos sido capaces de lograr el mayor periodo de paz y progreso de toda nuestra historia. Juntos hemos superado amenazas gravísimas como un golpe de Estado y, por encima de todo, hemos conseguido acabar con el terrorismo y por primera vez en muchos años, en el País Vasco (y en el resto de comunidades) se respira paz.
En nuestro ejercicio profesional, abogados y abogadas nos encontramos con situaciones en las que se parte de posiciones aparentemente irreconciliables, pero para evitar una confrontación en la que todos pierden y se causa un daño irreparable, dialogamos, mediamos y buscamos puntos de unión que faciliten una salida en la que todos ganen.
Nuestro país tiene graves problemas: una altísima tasa de desempleo, familias que pierden su vivienda o sus ahorros; mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas; jóvenes formados que tienen que buscar trabajo fuera…Ciudadanos y ciudadanas, en fin, cuyos derechos son vulnerados.
Solucionar estos gravísimos problemas, que afectan al conjunto de la ciudadanía, es tarea común. Y para ello es imprescindible proteger y garantizar esta convivencia pacífica que tanto nos ha costado conseguir.
El Consejo General de la Abogacía Española, que presido, aglutina a los 83 Colegios de Abogados de España. Es, por tanto, un organismo en el que están representadas las distintas sensibilidades que conforman nuestro país: políticas, culturales, territoriales, sociales…Por encima de ellas, siempre hemos luchado porque se garantice nuestro ejercicio profesional y los derechos de la ciudadanía. Naturalmente, respetando siempre la legalidad y las reglas del Estado de Derecho. La Abogacía es una profesión dinámica que se adapta a los cambios sociales, y siempre lo hacemos aceptando que nada es inmutable y que todo debe hacerse por esos cauces legítimos aceptados por el conjunto de la ciudadanía.
La confrontación, las posiciones irracionales, la crispación, el insulto, la violencia solo conducen a una involución insoportable.
El diálogo político es hoy más necesario que nunca. Aún hay tiempo. Pongamos cordura. Pongamos seny.