La economía y la pandemia

Apenas hubiéramos podido imaginar hace solo unas semanas que la economía y hasta la civilización en la que vivíamos fueran tan frágiles. Que la realidad pudiese llegar a trastocarse de un modo tan sorprendente. Nos habíamos acostumbrado
a considerar que nuestro nivel de riqueza era el punto de partida de ulteriores mejoras y que solo ocasionales contratiempos frenaban una trayectoria a todas luces “inevitable”. Sin saberlo, estábamos atrapados en la trampa historicista, porque habíamos olvidado la lección del viejo Popper de la historia como proceso abierto y difícilmente previsible.

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