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FUNDACIÓN
DERECHOS HUMANOS:
LA FUNDACIÓN ABOGACÍA
EN DEFENSA DE
LOS MÁS VULNERABLES
E FRANCISCO SEGOVIA LOSA
l Consejo General de
la Abogacía ha sido
garante en la lucha por los Derechos
Humanos casi desde su fundación, con
especial énfasis en esta labor durante los
años 90, una tendencia que fue crecien-
do hasta nuestros días, cuando la Aboga-
cía es reconocida por ser un importante
baluarte en la defensa de los más vul-
nerables. En este sentido, la Fundación
Abogacía Española nació en 2003, un
año en el que España era un país muy
activo y visible en el mundo de la coo-
peración al desarrollo. Ocurrió en una
época de optimismo nacional sobre el
funcionamiento de la economía. Había
superávit de la Seguridad Social y tasas
de desempleo asumibles para el sistema.
La deuda y el déficit se pagaban en un
puro trámite. No hace tanto tiempo. Fue
hace sólo trece años.
Las administraciones, así como las
empresas y las organizaciones de la so-
ciedad civil, en esos tiempos, habían ele-
vado bastante su mirada para ver fuera
de sus fronteras y ofrecer sus servicios,
sus recursos o sus conocimientos a otros
países o regiones que los necesitaran.
Sin embargo, como todo el mundo
sabe, la crisis económica supuso un re-
pliegue de esa proyección exterior accio-
68 _ Abogacía Española _ Noviembre 2016
nada por la solidaridad. Fue otro de los
famosos recortes. Concretamente cada
administración, corporación u organiza-
ción cerró todo lo que consideró innece-
sario o demasiado costoso, sin muchas
contemplaciones. El Consejo General de la Abogacía,
por suerte, no cometió el error, allá por
el 2003, de dejarse llevar por el entor-
no optimista y crear una Fundación con
pomposos objetivos inmediatos La dotó
con un mínimo presupuesto para ver
cómo arrancaba. Ni siquiera tenía perso-
nal en plantilla. Esa prudencia ayudó a la
Fundación a sobrevivir de forma sanea-
da en los años siguientes. La Fundación
ha crecido sólo moderadamente, poco a
poco, abriendo líneas de actuación don-
de existía una necesidad contrastada en
el ámbito de la defensa de los derechos
humanos y la cooperación al desarrollo,
de acuerdo a sus fines, desde el principio
de utilidad, y sobre la base de las capa-
cidades propias para favorecer un mejor
acceso a la justicia de los ciudadanos.
Una de esas líneas constantes ha sido
la preocupación y el trabajo en apoyo a
presos españoles en el extranjero. Ya
en 2007 se firmó un convenio de cola-
boración con la ahora extinta Fundación
Ramón Rubial, que era la más importan-
te referencia nacional en esta compleja
labor con ciudadanos españoles en esta
situación, con frecuencia, extremada-
mente vulnerable. Desde entonces, por
su cuenta, o a través de otras colabora-
ciones, siguió de un modo más o menos
puntual recibiendo demandas de apoyo
de personas en estas circunstancias, has-
ta que, en 2014, inició una de las accio-
nes más importantes y conocidas que ha
llevado a cabo: En colaboración con el
Consulado de España en Quito (Ecua-
dor) y la Defensa Pública de Ecuador,
la Fundación consiguió impulsar proce-
dimientos judiciales para 48 españoles
que habían sido condenados en este país
y que, tras una reforma penal que les be-
neficiaba, habían quedado en un limbo
jurídico y no podían acceder a ella. Los
procedimientos judiciales sirvieron para
rebajar sus penas de cárcel una media
de aproximadamente cuatro años. En la
mayoría de los casos, la revisión judicial
implicó la excarcelación inmediata.
TRABAJO CON GRANDES EFECTOS
La labor actual de la Fundación con pre-
sos españoles en el extranjero alcanza
también una cierta profundidad en otros
países. En efecto, para que los ciudada-
nos puedan acceder a la justicia, los abo-
gados juegan un papel trascendental. La
Fundación siempre ha tenido presente
este hecho en sus proyectos en otros paí-
ses. La cooperación, y mucho más cuan-
do el fin de esa cooperación es reforzar
los derechos humanos, se debe basar en
un principio de apropiación local. Por
eso la Fundación busca también con su
labor contribuir a la creación de estruc-
turas sostenibles de abogacía y de defen-
sores de derechos de los ciudadanos. Así
fue con el impulso de las cumbres hispa-
no-marroquís de juristas. O con las pro-
puestas para la creación de la colegiación
obligatoria de los abogados en Colombia,
donde el índice de asesinatos de aboga-
dos era y sigue siendo espeluznante.
Pero, sobre todo, en todos estos años,
nos ha motivado el trabajo que tenía un
impacto inmediato sobre los ciudadanos
más necesitados. En el período de 2011
a 2015 pudimos llevar a cabo numerosos