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OPINIÓN
EL ARTE DE SENTENCIAR (IV)
CUÁNTO INFLUYEN
LOS ABOGADOS
EN LA
SENTENCIA han demostrado que son muy pocos los casos en los que
un abogado ha defraudado mi confianza e igualmente
son muy pocos los casos en los que la realidad se perci-
be de la misma forma.
En mi experiencia, que espero que mis lectores com-
partan, el abogado tiende a callar antes que a engañar
al juez. Por eso el abogado se encuentra en una posi-
ción tan incómoda cuando el juez le acosa a preguntas,
éste ha de ser consciente que nunca debe ponerle ante
el dilema de mentir o perjudicar a su cliente. Una par-
te esencial del trabajo del juez de instancia, primera o
segunda, es reconstruir los hechos relevantes y su con-
texto para resolver el litigio, pero para hacerlo ha de ser
respetuoso con la posición procesal de las
partes. El juez tiene que confiar en el abo-
gado, y éste ha de cuidar esa confianza, no
puede dilapidarla, porque si lo hace estará
perjudicando su propia reputación. Ahora
bien, el abogado igualmente ha de confiar
en el juez, y nosotros tenemos que ganar-
nos esa confianza. Lamentablemente, creo
que en algún momento del pasado cercano
I. INTRODUCCIÓN
LUIS esa confianza entre jueces y abogados se
Empezaré presentándome profesional-
RODRIGUEZ ha roto, o cuando menos se ha resquebra-
mente. Ingresé en la carrera judicial en
VEGA jado gravemente.
julio de 1989, por lo que llevo más de
Decía que en mi relación con los aboga-
veintisiete años ejerciendo la jurisdic-
Magistrado. dos siempre he partido de dos premisas. La
ción. Estoy particularmente orgulloso de
Sección 15 de
la Audiencia
segunda es valorar la profesionalidad, lo
haber sido profesor ordinario de la Escue-
Provincial que me ha llevado a ser riguroso y exigen-
la Judicial. La Escuela, donde se forman
de Barcelona
te. Humildemente creo que uno de nues-
los nuevos jueces, es el único lugar donde
tros pecados capitales es nuestra excesiva
institucionalmente debemos reflexionar
condescendencia con la falta de profesio-
sobre el modelo de juez que queremos,
nalidad. A pesar de ello, la inmensa ma-
aunque personalmente lo más importante
yoría de los abogados y de los jueces, lógicamente tam-
fue que me ha permitido examinar con cierta perspec-
bién otros profesionales de nuestro ámbito pero que no
tiva la judicatura. El tercer de los datos que permite
forman parte de esta reflexión, somos unos profesiona-
trazar a grandes rasgos mi biografía judicial, es mi par-
les honestos. Desde luego no descubro nada si digo que
ticipación en la Sala de Gobierno del Tribunal Superior
hay pésimos profesionales, tanto entre los jueces como
de Justicia de Catalunya como miembro electo, durante
entre los abogados, es más creo sinceramente que uno
más de doce años, formando parte de una candidatura
de los problemas fundamentales de la carrera judicial
de la Asociación Profesional de la Magistratura. Por úl-
es nuestra absoluta incapacidad de expulsar a aquellos
timo, he desarrollado la mayor parte de mi trayectoria
que se lo merecen. Ahora bien, la mayoría somos ho-
profesional, al menos desde 1996, en el campo del de-
nestos tanto material como intelectualmente, estudia-
recho privado, por eso mi visión y mi opinión responde
mos en profundidad los casos de los que conocemos y
a mi ejercicio.
tratamos de alcanzar una solución justa respetando la
Una vez hecha esta breve presentación me permitirán
Ley que nos legitima.
que aborde el tema de este artículo desde dos premisas
En definitiva, al abogado al que me dirijo es al letra-
básicas, que han guiado mi trabajo y mi relación pro-
do digno de confianza y buen profesional, igualmente
fesional con los abogados. En primer lugar, siempre he
parto de un juez leal y honesto. No me ocupan ni los
creído que los abogados son mis colegas, en los que ten-
pocos desleales ni los pocos deshonestos.
go una razonable confianza, es decir, siempre he creído
Nuestro trabajo consiste en tutelar eficazmente los
en la veracidad de lo que me han dicho. Eso no significa
derechos de los ciudadanos. Es cierto que el monopolio
que acepte acríticamente su versión de los hechos, sino
de la función jurisdiccional corresponde constitucional-
que creo que me transmiten honestamente la versión de
mente a los jueces, pero también lo es que el ciudadano
su defendido. Nunca pienso que el abogado trata de en-
encomienda la defensa de sus derechos a los abogados,
gañarme, sino que trata de convencerme de la realidad
así como que dicha tutela ha de darse en el marco de
tal y como ha sido percibida por su cliente. Los años me
42 _ Abogacía Española _ Marzo 2017