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OPINIÓN
EL DESAFÍO DE AMPLIAR
LA FRONTERA DE
LA IGUALDAD
D AMELIA
VALCÁRCEL BERNALDO DE
QUIRÓS Catedrática de
Filosofía Moral
y Política de la
Universidad Nacional
de Educación a
Distancia (UNED) y
miembro del Consejo
de Estado
6 _ Abogacía Española _ Octubre 2017
esde hace poco tiempo
nuestras sociedades ya no se llaman con
el nombre usual de Occidente. Están en
trance de cambiarlo y ahora optan por
otro que aprovecho y presento: son, so�
mos, Sociedades WEIRD. La palabra
significa en origen algo “raro o extra�
ño”. Es, además, un acrónimo que se
resuelve en occidentales (Western), en
efecto, pero���������������������������
añade Educadas, Industria�
���������� les, Ricas y Democráticas.
Varias cosas sabemos y parece que te�
nemos cierta seguridad sobre ellas. Que
habitamos en una democracia. Que la
democracia es una forma de gobierno
joven. Que también es frágil. Que la
igualdad es uno de sus valores básicos.
Entendemos intuitivamente por igual�
dad una serie de reglas de conducta
que suponemos poder enumerar si lle�
ga el caso. Son difusas y tienen como
finalidad evitar la discriminación in�
aceptable. Recordando de memoria al
admirado maestro Díaz Picazo, tales
reglas pretenden evitar discriminación
o diferencia de trato que sea percibida
como injusta.
En honor del principio admitido de
igualdad, una democracia prevé igual�
dad de trato y también igualdad de ac�
ceso a los bienes declarados básicos. La
admisión no restringida de este princi�
pio ha transformado a nuestras socieda�
des en una absoluta novedad.
Albergamos innovaciones morales
asombrosas y algunas que cabe llamar
completas. La educación universal o
el derecho de voto, pertenecen a las
primeras. La igualdad entre varones y
mujeres a las segundas. Esta igualdad,
conseguida mediante profundas y espe�
sas argumentaciones que han transcu�
rrido durante casi ya cuatro siglos, es
de facto un novum antropológico. Nunca
antes ha existido en ningún grupo hu�
mano que nos sea conocido. Deviene
del triunfo del concepto de ciudadanía.
Esta igualdad, la preconizada entre va�
rones y mujeres, constituye uno de los
rasgos más extravagantes de nuestras
sociedades “WEIRD” y es el que causa
mayor asombro en las sociedades tra�
dicionales. Sin un marco general no podemos
comprender ningún fenómeno. La Filo�
sofía del Derecho acostumbra a hacer
reflexiones sobre la ley, qué es, sus
principios, etc. La filosofía acostumbra
a realizarlas sobre el ser. La antropo�
logía sobre las normas y las prácticas.
Pues bien, por extraño y extravagante
que ese rasgo sea, la igualdad entre va�
rones y mujeres es uno de los que mejor
nos define como conjunto civilizatorio
y su fortalecimiento no está resultando
tan complicado como cabría esperar.
De hecho este rasgo es el principal mo�
tivo de cambio de nuestras sociedades,
que están edificando en torno a él in�
cluso el moderno aparato del Estado.