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Libertad de expresión y delitos
de odio: nuevos tiempos, nuevos
conflictos. Una visión desde
el derecho penal
L a historia de los derechos fun-
damentales es la de la conquista
de los instrumentos que hacen
posible una convivencia pacífica. No es
una ruta estática. Los hitos evolucionan
y mutan; nuevos tiempos generan nue-
vas realidades, distintas perspectivas,
diferentes parámetros de ponderación
y, en definitiva, nuevos conflictos.
Las nuevas tecnologías al servicio de
la comunicación dimensionan exponen-
cialmente la potencialidad nociva de los
mensajes que a través de ellas se trans-
miten. La comunicación ya no tiene un
destinatario, sino que va dirigida a un
conjunto indeterminado de posibles re-
ceptores. Quien hoy insulta, humilla o
incita a la violencia en una red social, lo
hace, en los más de los casos, amparado
en el anonimato que las mismas propi-
cian, con vocación de que su discurso se
perpetúe en el tiempo y sin posibilidad
de controlar su repercusión ni su difu-
sión. Desde que el mensaje en cuestión
llega a manos de uno de sus indetermi-
nados destinatarios es capaz de multi-
6 _ Abogacía Española _ Diciembre 2018
plicar su impacto mediante
idearios y actos terroristas;
sucesivos y renovados actos
mensajes que bajo el para-
de transmisión. Los mode-
guas que proporciona el hu-
los comunicativos clásicos
mor negro, trivializan con
se han visto desbordados,
la muerte o la mutilación
lo que, ligado al inevita-
de quienes han sido vícti-
ble recorrido transnacional
mas de brutales ataques te-
de esos mensajes, ha de
rroristas. ser tenido en cuenta en el
ANA FERRER
momento de ponderar el
NUEVO MARCO DE
GARCÍA Magistrada de la
impacto de los enunciados
COMUNICACIÓN Sala de lo Penal del
que han de ser sometidos a
Las redes sociales han crea-
Tribunal Supremo
valoración jurídico-penal.
do un nuevo marco de co-
A través de las redes so-
municación y de difusión
ciales se orquestan crue-
de la información y la obra
les ataques que consiguen
artística que difumina los
laminar la autoestima de,
contornos a los que estába-
por ejemplo, una joven que
mos acomodados en la co-
tidianidad y en la dogm����
��ti- sufre sobrepeso; o se di-
ca. Sin embargo, fenómenos como los
funden mensajes de torpeza y grosería
enunciados no constituyen un dato ais-
intelectual e incluso moral, en los que
lado. En muchos casos resultan ser ex-
no es posible hallar atisbo de humor,
presión de la subcultura de algunos gru-
de gracia o imaginación creativa, ni de
pos sociales, integrados preferentemen-
rigor intelectual. A modo de ejemplo,
te por sujetos jóvenes defraudados en
hace unos meses, tras la trágica muerte
sus expectativas vitales y laborales por
de un torero por heridas de asta de toro
las políticas económicas desarrolladas,
mientras realizaba una faena taurina,
o por la significación de los dirigentes.
las redes se llenaron con mensajes de
Una manera difusa de contestar con
quienes se felicitaban por ello, equipa-
el lenguaje la cultura de un sistema del
rando la vida del ser humano con la del
que se consideran excluidos; de canali-
animal. Mucho más que una toma de
zar la protesta a través del escándalo.
postura sobre la conveniencia o no de
Pero el fenómeno va más allá de la
mantener el arte de lidia en sus contor-
protesta, para ser correa de transmisión
nos tradicionales.
de las más repulsivas y abyectas formas
La mismas redes por las que viajan
de pensar. El lenguaje es el vehículo a
mensajes que incitan a la violencia, que
través del que el ser humano se expresa
justifican y exaltan hasta el paroxismo