To view this page ensure that Adobe Flash Player version
11.1.0 or greater is installed.
FIRMAS CON DERECHO
LEDICIA COSTAS
Escritora y abogada. Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil
Estudié Derecho Económico-Empresarial en la Universidad de Vigo. Nunca
Una relación complicada
con el Derecho
me interesó especialmente el terreno de lo financiero. Los números se me atragan-
taron desde la escuela. Siempre me parecieron abstractos, casi imposibles de mane-
jar. Empecé mis estudios universitarios como casi todo el mundo: con una imagen
idealizada de la carrera. Imagen que se fue haciendo añicos poco a poco. Una de las
problemáticas era el propio plan de estudios. Usted puede replicar y decirme: esa
cuestión ya la conocía a priori, cuando se matriculó. Es cierto, sabía que la parte
económica no iba a resultar sencilla, pero las ganas de convertirme en abogada,
de ir haciéndome con la terminología jurídica hasta dominarla por completo, de
conocer las leyes y los mecanismos para hacerlas valer, me hizo relativizar el res-
to. La realidad fue que asignaturas como Macroeconomía, Análisis de los Estados
Financieros, Economía Política y Hacienda Pública o la temida Matemática de las
Operaciones Financieras se convirtieron en escollos difíciles de sortear para un ce-
rebro con alta predisposición para las letras, pero poca habilidad para los números.
Esto era fácil de predecir, casi evidente que sucedería.
Pero es la parte que voy a relatar a continuación la que me obliga a ser crítica con
el sistema: el planteamiento de la mayor parte de las clases de las materias puras de
Derecho. Nunca comprendí el empeño de gran parte del profesorado por dictarnos
apuntes a toda velocidad, sin ni siquiera darnos tiempo para asimilar todo aquello
que vomitaban dentro del aula. Las clases se convertían en auténticas carreras para
lograr recoger en el papel cada una de las frases que pronunciaba el profesor, y
los exámenes premiaban a aquellos con mayor capacidad para memorizar datos,
muchos de ellos absurdos. Jamás comprendí que nos hiciesen estudiar aquel ma-
nual de José Antonio Escudero titulado Curso de Historia del Derecho. Fuentes e Ins-
tituciones Político-administrativas. Acabé aprendiendo, y cito literalmente que, entre
los cereales, el trigo constituyó una de las bases económicas de la España musulmana,
si bien desde el siglo IX la producción nacional -de celebrada calidad en las regiones de
Lorca y Toledo- hubo de ser complementada ocasionalmente con importaciones de trigo
africano. En las zonas de secano fueron frecuentes las plantaciones de viñas, obtenién-
dose abundante vino pese a la prohibición religiosa que llevó a algún monarca rigorista,
como al-Hakam II, a pretender erradicar del reino todas las plantaciones. Especialísima
importancia tuvo el aceite. El producto del famoso olivo andaluz, al que la lengua árabe
prestó los términos que han llegado a nosotros (al-zaituna, aceituna; al-zait, aceite), se
cultivó en los territorios béticos y fue exportado luego por la cuenca mediterránea. Desde
la llegada de los musulmanes, el suelo del Al Andalus produjo además algodón y caña de
azúcar. También aprendí diferentes técnicas de riego, que en la ganadería destacó
la cría de caballos en las riberas bajas del Guadalquivir y la de mulas en la zona
meridional, y que debieron ser abundantes los rebaños de ovejas. Tengo docenas y
docenas de párrafos subrayados con lápices de colores, esquemas a lápiz al final de
cada tema, palabras claves anotadas en los márgenes, para lograr aprender todos
aquellos datos que me hacían preguntarme una y otra vez si tenía algún sentido.
Suspendí el examen. Jamás olvidaré una de las preguntas: Orden de prelación de
fuentes de 1348. La respuesta correcta era:
1.- Ordenamiento de Alcalá
2.- Fueros Municipales, en cuanto no fueren contra Dios, la razón y las leyes
3.- Si leyes y fueros carecen de norma adecuada, debe hacerse uso de las Partidas.
El caso de esta materia, Historia del Derecho, no es aislado. Hubo muchas asig-
54 _ Abogacía Española _ Marzo 2019