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microrrelatos
Los meses de febrero
y marzo ya tienen
su microrrelato ganador
en la V edición del
Concurso L
os sabios consejos de un viejo profesor y una trama lle-
na de intriga con un testigo como protagonista se han
hecho con los premios del mes de febrero y marzo del
V Concurso de Microrrelatos sobre Abogados, respecti-
vamente. Ambos relatos consiguen conjugan palabras
dispares para configurar una historia que engancha y
consigue sacar una sonrisa o un escalofrío al lector.
En el mes de diciembre se puso en marcha el V Con-
curso de Microrrelatos sobre Abogados, que cuenta
con las mismas bases de las ediciones anteriores. Es un
concurso abierto a todo el que quiera participar, cuyos
requisitos principales son crear un relato original de un
máximo de 150 palabras entre las cuáles tienen que
estar las cinco palabras de carácter obligatorio que se
publican cada mes en el microsite del concurso.
Tal y como se ha hecho en las anteriores ediciones
del concurso, cada mes se irán publicando en la web
www.abogacia.es, a través del microsite www.micro-
rrelatosabogados.com, una selección con los relatos
que el jurado considere de mejor calidad entre todos
los recibidos, antes de dar a conocer el ganador del mes.
En el microsite pueden también consultarse todos los
relatos seleccionados y ganadores de las cuatro edicio-
nes anteriores del Concurso, así como las bases para la
participación y el formulario a través del cual los par-
ticipantes pueden enviar su relato junto a sus datos
personales. l
Más información en
www.microrrelatosabogados.com GANADOR DE febrero
Consejos de un maestro
Aún recuerdo aquellas palabras de don Cristóbal
Sanmiguel el primer día de mi pasantía: “Mucha-
cho, te enseñaré los cinco pilares sobre los que
descansa nuestra profesión. Uno (mostró su dedo
pulgar), dedicación, sólo el estudio te permitirá es-
grimir argumentos convincentes, la improvisación
te sumirá en un mar de dudas y te empujará al de-
sistimiento; dos (dedo índice), diligencia, nada de
trajines, los papeles han de dormir en el juzgado,
no en el bufete; tres (corazón), distanciamiento,
trabaja duro, pero no olvides que es el cliente quien
gana o pierde; y cuatro (anular), ojo con el cliente,
puede comprometer el asunto más que el abogado
contrario”. Se marchaba ya cuando, en mi candi-
dez, llamé su atención. “Don Cristóbal, dijo usted
cinco pilares y he contado cuatro”. Sonrió pícaro
mostrándome su dedo meñique. “Tienes razón; el
quinto, puede que el más importante: los cafés los
paga el procurador”.
María Luisa Serna Soler _ Elche
GANADOR DE marzo
El testigo
Fuera, en la calle, todavía seguía lloviendo. El único
testigo que había encontrado se movía nervioso
por la habitación del hotel. Le pregunté si estaría
dispuesto a declarar a favor de mi cliente, si podría
dar, en la comparecencia ante el juez, algún dato
sobre la identidad y el paradero del verdadero ase-
sino que evitara la cárcel a un hombre inocente.
Una reacción de pánico se reflejó en el rostro del
testigo. “Él … ése … puede estar en cualquier par-
te”, balbuceó con esfuerzo, como si la coerción de
sus recuerdos, como si la argolla de la memoria
perturbara sus pensamientos. El cristal de la venta-
na admitió que la luz de un rayo iluminara, por un
instante, la habitación. De repente, oímos crujir la
madera del suelo del pasillo. Un tenue chasquido.
Cada vez más fuerte. Alguien se acercaba. Fuera, en
la calle, todavía seguía lloviendo.
Héctor Durán Vicente _ Madrid
66_Abogados_Mayo 2013