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microrrelatos
Junio y julio ya tienen a sus ganadores del
VII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados
U na historia de regusto amargo sobre las
herramientas de un abogado para defen-
derse de los sinsabores de la profesión,
y otra más cómica sobre las dificultades de otro
letrado para ganar casos, a pesar de sus esfuerzos
han sido los ganadores de los meses de junio y
julio, respectivamente, unas historias escritas por
Ignacio Alcalá Rosales, funcionario de Justicia en
el Juzgado de Primera Instancia de Baena en el
caso del relato “Recopilando”, y por Salvador Soler
Campos, natural de Elche y abogado ejerciente,
que además se da la circunstancia de que fue ele-
gido también ganador “popular” en el mes de julio
por “El abogado que soñaba con ganar un caso”.
Tal y como se ha hecho en las anteriores edi-
ciones del concurso, cada mes se van publicando
en la web www.abogacia.es y www.mutualida-
dabogacia.com, a través del micrositio www.mi-
crorrelatosabogados.com, las cinco palabras de
obligada inclusión en el relato, de un máximo de
150 palabras y que debe versar sobre abogados,
original e inédito. Mensualmente, se elige a un
ganador de entre todos los microrrelatos recibi-
dos, que se llevará un premio de 500 euros, y op-
tará al premio final anual de 3.000 euros, que se
otorgará al que el jurado considere mejor relato
entre los 10 ganadores mensuales.
En el micrositio pueden también consultarse
todos los relatos seleccionados y ganadores de las
seis ediciones anteriores del Concurso, así como
las bases para la participación y el formulario a
través del cual los participantes pueden enviar su
relato junto a sus datos personales.
Esta edición cuenta con las mismas bases de
la edición anterior, a excepción de que los textos
podrán ser enviados únicamente a través de una
vía, rellenando el formulario en el site www.mi-
crorrelatosabogados.com y, además de los gana-
dores mensuales, habrá dos finalistas “populares”
elegidos por los otros concursantes.
Para participar en el Concurso de Microrrela-
tos sobre Abogados el usuario debe registrarse y
unirse a la Comunidad de abogacia.es, y también
quedará unido al Grupo de Microrrelatos, desde el
que se puede seguir el concurso e interactuar con
otros participantes. Por otro lado, los participantes
podrán votar a través de la web a su relato favo-
rito y los dos más votados entre enero y octubre
también participarán en la final junto con los diez
finalistas mensuales. Además, sus escritos serán
publicados en el libro recopilatorio anual que se
edita al finalizar el concurso. l
GANADOR DE junio
GANADOR DE julio
RECOPILANDO EL ABOGADO QUE SOÑABA
CON GANAR UN CASO
Con permiso del tribunal, acostumbraba a quedarse
en sala acabados los juicios. Entonces volvía a sentar-
se unos minutos, la mirada perdida, ausente, con sus
dedos deformados por la artrosis tamborileando so-
bre los estrados. Yo esperaba en la puerta, paciente,
sin importunarlo, sin acuciarlo, más por aquella atrac-
ción inexplicable que sentía hacia él que por su fama
de abogado duro, radical, impenetrable. Lo imaginaba
repasando su actuación, escrutando los detalles más
nimios. ¿Disfrutaría de su sonoro alegato, que acababa
en ocasiones con la expulsión de alguien entre el públi-
co?; ¿reconsideraría tal vez la defensa del abogado con-
trario, al que con frecuencia dejaba sin fundamentos
para apelar? Un día le pregunté: “Recojo las esquirlas”,
dijo. La perplejidad en mi rostro suplicaba una explica-
ción: “Y con ellas, joven, a lo largo de mi carrera profe-
sional me he ido forjando una coraza, aunque todavía
hay resquicios por donde se cuela la pena”.
NACHO ALCALÁ _
74_Abogados_Septiembre 2015
Más información en
www.microrrelatosabogados.com “Debo desestimar y desestimo”. Esta es la musiquilla
con que me obsequian los tribunales desde que inicié
mi gloriosa carrera como jurista. Lo afirmo sin rodeos:
pierdo todos los casos. El asunto se torna enfermizo,
al punto que consumo mi presupuesto a partes igua-
les entre la consulta del psiquiatra y los depósitos para
recurrir. Ayer perdí un divorcio, y eso que era de mutuo
acuerdo; pero los cónyuges se reconciliaron en el último
momento, obsequiándose con un beso de tornillo ante
mi estupefacción y la fe del Secretario. Reflexionando
en casa, he llegado a la conclusión de que mi formación
jurídica, lejos de ser sólida, presenta más agujeros que
una rebanada de pan cristal. Pero no cejo en mi empe-
ño de ganar; así que me he demandado a mí mismo con
idea de allanarme. Y ¡mira por dónde! mis dos yo han
alcanzado una transacción. Lo dicho: no hay forma .
SALVADOR SOLER CAMPOS _