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PREMIO DERECHOS HUMANOS DE LA ABOGACÍA 2015, CATEGORÍA INSTITUCIONES
“PROYECTO EMAÚS” DE LAS
ADORATRICES DE ALMERÍA:
RESCATAR A
PROSTITUTAS DE LOS BURDELES
Y OFRECERLES
UNA VIDA DIGNA
Texto_Sandra Gómez-Carreño Galán Fotografías_Ángeles Lucas/Adoratrices Almería
BASTA ASOMARSE discretamente a los cortijos y
los bares escondidos entre los invernaderos de
Almería, para imaginar las terribles condiciones
en las que muchas mujeres se ven obligadas a
ejercer la prostitución, sin ninguna garantía de
seguridad o higiene. También sin dignidad. Es
aquí, en este contexto excluyente y marginal,
donde un grupo de religiosas de la Congrega-
ción de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sa-
cramento y de la Caridad realiza la primera parte
de un valiosísimo trabajo para devolver una vida
normal a estas chicas que viven en condiciones
cercanas a la esclavitud.
Con una furgoneta, se desplazan cuatro veces
por semana a clubs, carreteras, cortijos y pisos
privados de prostitución para hablar con ellas y
ofrecerles una salida diferente. Una alternativa
que muchas aceptan. Comienza así un camino
largo y duro que en muchos casos termina con
la reinserción total en la sociedad, con un traba-
jo y una formación que les permite recuperar las
riendas de su vida.
Sólo en 2014 este grupo realizó unos 3.000
encuentros. Mantuvo contacto directo con 600
mujeres y realizó algún tipo de acompañamien-
to a 311 -88 rumanas, 69 de Guinea Ecuatorial, 42
28_Abogados_Diciembre 2015
“Las mismas
chicas las
ponen en
contacto con
nosotros: actúan como
canales, transmitiendo
su experiencia
a otras mujeres
y animándolas
a realizar un
cambio de vida”
de Marruecos y 36 de Nigeria-, de las cuales 181
fueron nuevos contactos.
El “Proyecto Emaús” es el fruto de más de un
siglo de tradición en la ayuda a las mujeres en si-
tuaciones de exclusión o con especial vulnerabi-
lidad. Desde su nacimiento, la Congregación de
las Adoratrices ha tenido este objetivo entre sus
fines, y, pasado el tiempo, esta vocación de servi-
cio ha evolucionado con las demandas actuales
y con las nuevas maneras de trabajar.
UN PROCESO LARGO
Tras contactar con ellas de forma directa o indi-
recta –a través de organizaciones colaboradoras,
o a través de otras mujeres que hablan a sus
compañeras sobre esta alternativa-, comienza el
proceso de reinserción, en la Casa de Acogida de
la congregación, donde, en una vida en común,
se les da atención integral y formación para
posteriormente conseguir un trabajo, o bien
un acompañamiento que incluya estas mismas
áreas, pero sin estancia en sus residencias. No
hay plazos ni tiempo límite. Cada mujer toma el
que necesita, en función de sus propias circuns-
tancias. En 2014 el tiempo medio de estancia de
las mujeres acogidas ha sido de 146 días. Como