Victoria Ortega Benito

Presidenta del Consejo General de la Abogacía Española

Obligados a buscar la excelencia

Lo que no se estudia, se analiza y se debate en profundidad no se puede enseñar ni aprender de una manera sólida y eficaz.

Lejos de las certezas absolutas, de los dogmatismos, de la cerrazón intelectual debemos tener la mente y el espíritu abiertos, porque solo así nos adaptaremos a los constantes cambios que experimenta nuestra sociedad. Solo así lograremos progresar y solo así lograremos sobrevivir en nuestra profesión.

La formación en las Escuelas de Práctica Jurídica debe asegurar la excelencia del servicio que prestarán abogados y abogadas a la ciudadanía. El valor diferencial de los másteres de Acceso y de las Escuelas de Práctica Jurídica es formar en las competencias propias de un eficiente desempeño profesional. Es decir, aprender una profesión orientada a solucionar problemas, prestar asesoramiento legal individualizado y ejercer la defensa letrada.

Es fundamental que se impartan enseñanzas profesionales nucleares y también habilidades de negocio, competencias digitales y, en especial, el desarrollo de especialidades.

La implantación del nuevo sistema de acceso a la profesión en 2011 puso fin a una anomalía de la política educativa en España, que contrastaba en el conjunto de los Estados miembros de la Unión Europea, dotados de sistemas de acceso más eficientes y exigentes.

Después de los primeros años de implantación, es momento de realizar ajustes. Desde el Consejo General estamos promoviendo un cambio en el acceso a la profesión que siga los modelos de acreditación de la excelencia más exigentes del Espacio Europeo de Educación Superior. Queremos una prueba de acceso eminentemente práctica y que permita evaluar las habilidades propias del ejercicio profesional.

En estas Jornadas de las Escuelas de Práctica Jurídica, que tras 36 ediciones se han convertido en un magnífico foro de participación y reflexión para consolidar las bases de la enseñanza inicial en la Abogacía, se tratará de todo esto y de muchas más cosas.

Agradezco al Colegio de Abogados de Ciudad Real su implicación y esfuerzo para la organización de la XXXVII edición y a quienes participan en ellas su interés y compromiso por mejorar la formación de futuros abogados.