Patrimonio, museos, historia, el Quijote en cada uno de sus rincones, bodegas, lagunas volcánicas, parajes naturales, personajes ilustres, curiosidades y continuas actividades culturales y festivas son parte de los atractivos básicos de Ciudad Real.
Todo esto añadido al placer de disfrutar de una rica gastronomía, sabrosas tapas y unos servicios turísticos de alta calidad, que hacen más agradable la estancia en nuestra ciudad.
El visitante encontrará un conjunto histórico-artístico formado por tres iglesias góticas, la de Santiago del s. XIII, la Catedral de Ntra. Sra. del Prado del s. XV y la Iglesia de San Pedro del s. XIV.
De los cuatro kilómetros de murallas y ciento treinta torreones que protegían la ciudad durante la Edad Media y que integraban a una población formada por cristianos, moriscos y judíos, tan sólo podemos admirar, íntegramente, una de las ocho puertas que permitían el paso, la Puerta de Toledo.
Fue primero parroquial (S.XIII-XIV), posteriormente Prioral (1875), con obligadas y profundas adaptaciones a su nueva función, Basílica (1967) y hoy Catedral (1980), resultado de la ampliación en los siglos XV y XVI.
Se trata de la más posterior de las tres iglesias góticas de Ciudad Real, comenzada oficialmente en el siglo XV, el último tramo de la bóveda, que corresponde al coro, se finaliza ya en el siglo XVI, en 1514 por Antonio de Écija, responde por tanto al último gótico con presencia renacentista en algunos detalles.
Es, después de la Catedral de Gerona, la de nave única más grande de España. Iniciada la construcción por el ábside, se puede observar cómo se va complicando la tracería de las bóvedas. Sin duda, la obra más importante de la Catedral es el Retablo del Altar Mayor, obra maestra de Giraldo de Merlo, finalizado en 1616. Incluido cronológicamente en el Barroco, respira, sin embargo, un sereno clasicismo, Está dedicado a la Virgen del Prado, patrona de Ciudad Real, obra moderna del escultor valenciano Raussel y Llorels.
Iglesia gótica de los siglos XIV y XV, construida en el momento de mayor esplendor de la ciudad y debido al crecimiento demográfico durante estos siglos. Cuenta con tres naves con bóvedas de Crucería, siendo la central más alta y ancha que las laterales y un ábside poligonal. Las naves se separan por seis enormes pilares que soportan el peso de la cubierta.
Puerta de Poniente o la del Perdón, situada a los pies de la Iglesia, cuenta con decoración vegetal, autóctona de la zona. La puerta se compone de 5 arquivoltas sobre jambas, esto se encuentra enmarcado por un alfiz y rematado por pináculos góticos. Sobre ella destaca un curioso rosetón de forma espiral.
Puerta de Umbría o del Evangelio, con decoración similar a la de Poniente e influencia musulmana en la decoración. Sobre la puerta tenemos un pequeño ojo de buey con decoración geométrica, que ilumina la nave central.
Puerta del Sol, es la Puerta principal situada en la fachada sur del edificio. Es la más sencilla, con ausencia de decoración. Sobre la puerta se alza una ventana con un parteluz central y un arco de medio punto, lo que ha hecho pensar que quizás albergara una vidriera en su día. La Puerta está decorada con un rico claveteado y los escudos nobiliarios tallados en la parte superior.
Comenzada a finales del s. XIII, su estilo se incluye en el gótico del s. XIV castellano de sobrio aspecto exterior.
El interior con tres naves, se divide claramente en dos partes. La cabecera, formada por tres ábsides, cubiertos por bóvedas de crucería góticas, alberga la Capilla Mayor, así como sendas capillas abiertas en el s. XVI, dedicadas al Cristo de la Caridad y a la Virgen de los Dolores, decoradas con pinturas murales de heráldica, y grutescos. Destacar en el ábside del altar mayor las pinturas de dragones, identificados como el dragón apocalíptico de siete cabezas, y que al parecer servía de amuleto contra los malos espíritus. En las paredes existen restos de pinturas murales góticas, que debieron formar algún tipo de programa iconográfico relativo a Cristo.
Pertenecía al conjunto del Antiguo Convento de la Merced fundado en 1613, y se encuentra a la espalda de la Diputación. Tras la Desamortización el edificio pasa a ser propiedad de la Diputación y la Iglesia, a la que se accedía a través de una puerta del claustro del convento.
La Iglesia, del siglo XVIII, es de planta Jesuítica, una nave central a la que se abren capillas laterales que se comunican por arcos siguiendo el modelo de las Iglesias Barrocas. Su bóveda es de cañón con lunetos y en sus paredes aparecían pinturas murales que representan angelotes, motivos vegetales y signos alusivos a la Orden Mercedaria.
La fachada se configura como un gran rectángulo coronado por un frontón triangular. En ella se aprecia un ligero almohadillado. En el rectángulo se sitúa una hornacina con la imagen de la Inmaculada Concepción y una ventana que ilumina el interior. En ésta fachada también podemos ver los escudos de la orden y de la familia fundadora del convento.
Está ubicada en la plaza del Cristo del Amor. El edificio actual data de 1664 y es de una sola nave, con planta de cruz griega. Precediendo al ábside, se levanta una cúpula de media naranja. En ella, tiene su sede canónica la Hermandad del Descendimiento que procesiona en Viernes Santo. Su puerta sur está realizada en piedra y formada por un arco de medio punto con pilastras adosadas.
La Capilla corresponde al antiguo “Hospital de la Pedrera” del siglo XVII, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios. El Hospital, debido a su abandono, quedó destruido en 1640 y la capilla se vuelve a reconstruir gracias a los devotos. Pero cuenta la leyenda, que en el lugar que hoy ocupa la Ermita fue una antigua cárcel, en la cual, un condenado a muerte pinto la imagen con tal perfección que le perdonó su pena. La imagen se trasladó al Hospital y según la tradición: las mujeres al dar a luz, le llevaban aceite y tocaban la campana.
El convento de clausura de la Virgen de la Concepción, fue construido en el XVI. Es un edificio de transición al renacimiento que ha sido muy restaurado. La Iglesia es de planta basilical, de una sola nave. Cuenta con un retablo del siglo XX, con la imagen de la Inmaculada Concepción. Destaca la Sala Capitular por sus dimensiones y artesanados, aquí se guarda una talla de la Virgen del siglo XIV, conocida como La Porterita actualmente en el Museo Diocesano.
Su fachada es de mampostería y ladrillo. En la parte alta destacan las celosías de clausura. Frente a ella se sitúa una fuente con la imagen de la Inmaculada Concepción.
Se lo conoce como Convento de Las Terreras, por hallarse cerca la Laguna de las Terreras, que se secó con posterioridad por la insalubridad que producía. Desde 1996 se dedicó a la madre fundadora, Santa Beatriz de Silva desde 1996. En el 2008, debido a la falta de vocación, las Concepcionistas son trasladadas a Osuna.
Corresponde al Monasterio de Santa Isabel y San Antonio Abad de las Reverendas Madres Carmelitas Descalzas de Ciudad Real, edificio religioso del siglo XVII de estilo renacentista y barroco, catalogado como Bien de Interés Cultural desde 1991.
En el actual emplazamiento del Monasterio se encontraba la casa-hospitalillo de San Andrés, adquirida por don Antonio de Galiana y Bermúdez, caballero de la Orden de Montesa, para su sobrina. La Iglesia se levantó en 1619 y el convento se edifica extramuros de la ciudad, dando una de las Puertas de la muralla, la Puerta del Carmen, acceso a éste. Aquí residieron las Carmelitas hasta que se convirtió en Hospital. Las monjas de la Montesa iban a ser las que se encargaran de mantener el hospitalillo. Pero al no poder sostenerlo, pasando a las hijas de Santa Teresa.
El interior de la iglesia tiene una sola nave, cúpula sobre crucero de brazos poco desarrollados y testero plano. La portada principal se compone por un diseño vertical formado por tres cuerpos horizontales, donde resalta la hornacina con la Virgen del Carmen.
La conocida como Casa del Arco, se encuentra frente a nuestro actual Ayuntamiento.
En 1619, será ampliado añadiéndosele el arco de piedra y más tarde, el corredor de madera se sustituye por una balconada de hierro.
Desde finales del XVIII y principios del XIX, el edificio sufrirá diversos daños en su estructura por terremotos como el de Lisboa e incendios. En 1864 se le declara oficialmente en ruinas y cuatro años después se iniciaba la realización del nuevo Ayuntamiento.
Actualmente en ella podemos admirar un reloj carillón en el que la figura autómata de Don Miguel de Cervantes sale al exterior del balcón a ciertas horas del día al son de diferentes melodías, presentándonos primero a Sancho Panza y después a Don Quijote de la Mancha, que aparece inmerso en su lectura.
Éste reloj, realizado por la empresa Cándido Valverde S.L., fue instalado en el año 2005, conmemorando el IV Centenario de la Primera Parte del Quijote, el mismo año que se celebraba el 750 aniversario de la fundación de Ciudad Real.
El edificio civil más bello de la ciudad, representante de la arquitectura de finales del siglo XIX y obra del arquitecto, Santiago Rebollar, que finalizó su construcción en 1892.
Presenta tres fachadas diferentes, destacando la fachada principal, rematada con el escudo de la ciudad, y la de la Merced, con una tribuna de columnas jónicas coronadas por un frontón. Toda la parte baja del edificio es de piedra caliza blanca y la superior de ladrillo visto y piedra caliza.
En su interior merece la pena contemplar la escalera principal, desarrollada en dos vertientes y cubierta por una cúpula, obra de finales del s. XIX del arquitecto Sebastián Rebollar y decorada por Ángel Andrade y Samuel Luna. En sus galerías, como exposición permanente, destaca la obra de Angel Andrade junto a otros pintores y escultores de la provincia.
El rey Alfonso X ordenó en 1255 la fundación de Villa Real definiendo su trazado urbano y mandando construir una muralla de forma ovalada, básicamente levantada en tapial excepto sus 130 torreones de piedra, e inicialmente con siete puertas aunque llegó a tener ocho (Toledo, Calatrava, La Mata, Granada, Ciruela, Alarcos, Santa María y del Carmen).
De todas éstas la única que se conserva en la actualidad es la Puerta de Toledo, mandada erigir en el Camino Real de Toledo a Sevilla y situada al norte de la ciudad. El recinto amurallado se levantó entre finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV. La construcción de la Puerta de Toledo se concluyó en 1328 lo que se atestiguó mediante una inscripción hallada en la misma.
De inspiración hispanomusulmana, sustentada por dos torreones a cada lado, posee seis arcos: los exteriores ojivales sobre medias columnas adosadas, los intermedios de herradura y los interiores apuntados.
En el interior dos tramos con bóveda de arista separados por el espacio dedicado al rastrillo. En extramuros, sobre el arco ojival, un escudo con las armas castellanas -castillos y leones.
Paseando por uno de los jardines más céntricos y conocidos de la ciudad nos encontramos con la puerta del Torreón del Alcázar, mandado construir por Alfonso X.
Su ubicación era la parte más alta y despejada de edificios de la ciudad, para poder vigilar los posibles ataques a la amurallada ciudad. Sirvió de residencia en ocasiones a los Reyes Católicos. Actualmente solo se conserva una puerta de arco apuntado, en la que podemos observar sillares con la marca de los canteros, así como curiosamente, las armas de Castilla y León.
En la ronda de la ciudad y ubicada donde se hallaría una de las 8 puertas de la muralla de Villa Real, se encuentra la Puerta de Santa María, perteneciente al antiguo Convento de Nuestra Señora de Altagracia, derruido en los años 70.
Edificio de 1924, situado entre las calles Paloma y Cruz. Fue mandado construir por Juan Medrano, alcalde de la ciudad en 1920. Durante su mandato, tuvo lugar el “motín de las Mujeres”, revuelta organizada por la escasez de productos de primera necesidad, debido al que la casa quedó destrozada. Sobre los restos de la antigua vivienda, José Medrano manda construir el edificio que hoy en día conocemos.
Imágenes propiedad de: web del Ayuntamiento de Ciudad Real.