Victoria Ortega Benito

Presidenta del Consejo General de la Abogacía Española

Los abogados sabemos que las personas privadas de libertad siguen teniendo todos los demás derechos. Cumplen condena, pero siguen siendo ciudadanos. Pagan por sus delitos, pero tienen derecho a la reinserción y a una nueva oportunidad. Así es o así debería ser. Pero los abogados que visitan diariamente las prisiones saben que no siempre es así, que hay muchas cosas que se pueden cambiar y mejorar. Y todos sabemos que la sociedad prefiere mirar para otro lado y no afrontar la realidad.

Las XX Jornadas de los Servicios de Orientación y Asistencia Jurídica Penitenciaria que se van a celebrar en noviembre en Pontevedra serán una ocasión importante para que hagamos repaso de todo el trabajo que la Abogacía ha hecho durante estos años en este terreno fundamental de las reformas del ordenamiento jurídico que ha reivindicado o de las decisiones que ha criticado con razones y argumentos de peso. Pero también, sobre todo, es una ocasión de reflexionar y dialogar, de mirar hacia el futuro, de proponer soluciones y de ofrecer propuestas a la Administración para mejorar nuestro sistema penitenciario. La sociedad española ha sufrido unos cambios socioeconómicos y tecnológicos profundos en estas últimas décadas –y serán mayores en el futuro-, pero nuestro sistema penitenciario no lo ha hecho al mismo ritmo y, en muchas ocasiones, también en el terreno procesal, se han hecho reformas más por influencia de algunos acontecimientos puntuales y por la presión social que por una reflexión profunda y ponderada.

Hay que acercar la realidad de las prisiones y del sistema penitenciario a los ciudadanos. Por eso vamos a debatir sobre la prisión permanente revisable –que la Abogacía ha criticado por entender que no soluciona ningún problema-, de la perspectiva de género o la diversidad en prisión, de la responsabilidad de la Administración, de aplicación de las nuevas tecnologías para facilitar el trabajo de los abogados y la defensa efectiva y justa de los internos.

Y también vamos a hablar de nuestro trabajo, indispensable para el ejercicio real del derecho de defensa de las personas que están privadas de libertad, de las dificultades que encontramos y de cómo superarlas. Son unas Jornadas muy importantes porque está en juego el Derecho de Defensa. Cada día y todos los días.