Julio 2021 _ Abogacía Española _ 61 El funeral del Rey Se contempló en el espejo mal azogado que acaudalaba el interior del viejo armario de su alcoba, que le devolvió su imagen algo distorsionada: su pelo ceniciento, que asomaba bajo la raída peluca de lana blanca; su nariz, roturada por venillas rojizas que componían enmarañadísimos deltas; sus ojos, asediados de arrugas; la piel del cuello, tejida de puntillas pardas; y su cuerpo alto, chupado, muy encorvado ya, cubierto por su vieja garnacha deshilachada. Pensó si ponerse el jubón de terciopelo, menos usado, mas se dijo que un momento como el que iba a vivir, tan solemne, el funeral de un rey, merecía que vistiera su garnacha, el símbolo de su oficio. Salió a la calle de la Montera y, a pesar de lo temprano de la hora y de que la calle todavía estaba en sombras, se dio de bruces con un calor más propio de julio que de ese mes de septiembre. Saludó, como cada día, a algunos de sus clientes: pobres, huérfanos, viudas… “El gran salario de mi cargo”, había dicho más de una vez a boca llena, aludiendo a esos respetos. La Puerta del Sol, también como cada día, estaba abarrotada de gente: mendigos, soldados ociosos, mercachifles y pollinos llevando en sus lomos a doctores y clérigos. Se abrió paso como pudo entre el gentío, observó las gradas de San Felipe, hoy sin covachuelistas, pero donde ya tratantes y trujimanes instalaban sus tenderetes de mercancías variopintas: telas y reliquias, disciplinas y cilicios, yesca y piedras de escopeta, juguetes y fruslerías. Enfrente, en la puerta de la mancebía de las soleras, las pupilas, luciendo muslos, observaban con envidia los satenes de las damas que se dirigían a palacio, a despedir al rey. Ya en la calle Mayor, en el tramo de las platerías, divisó a don Pedro Calderón de la Barca que, precedido por un criado y con sotana y manteo negros, salía de su casa. Aceleró el paso hasta darle alcance. Lo conocía bien, aunque no se veían a menudo, pues ambos habían estudiado en Salamanca y licenciado in utroque, en ambos derechos. Juan Pedro Cosano Leer más