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OPINIóN_
un pLanEta amuraLLado
© ACNUR
más de 42.500 personas se desplazan cada día fuera de su país para huir de la guerra. Los campos de refugiados, como el de la fotografía, acogen a la mayoría de desplazados.
si el siglo Xviii fue considerado el “siglo de las
pascual aguelo
presidente de la subcomisión de Extranjería del Consejo general de la abogacía Española
luces”, el XXI puede llegar a considerarse “el siglo de los muros fronterizos”. bajo la invocación de una supuesta “seguridad” amenazada, se construyen más y más kilómetros de todo tipo de muros terrestres, marinos y en los últimos tiempos incluso también espaciales. A finales de 2014, según diversas fuentes, de un total de 40.000 kms. de fronteras cerradas, las murallas alcanzaban ya 20.824 kms. Más de la mitad del diámetro del planeta. Paradójicamente, la mayoría se construyeron después de 1989, año de la caída del muro de berlín. La función de estas fronteras-muro ya no es tan solo la vieja aspiración de la delimitación estable del territorio. En la actualidad, su funcionalidad principal es limitar o impedir el tránsito de las personas, su derecho a circular por el planeta, a entrar en el territorio de un Estado y a salir de él, por ello puede hablarse de una globalización amurallada. Como escribe Andrés Ortega, el sig-
nificado de los muros se ha invertido, porque “los muros de la guerra fría eran para no dejar salir. Los de la globalización son para no dejar entrar”. Ningún continente se libra de esta parcelación física. En Europa contábamos ya con la división en dos del territorio chipriota, desde 1974; más recientemente asistimos en 2012 a la construcción de un muro en la frontera greco-turca y otro en la frontera entre bulgaria y Turquía, a ellos se añaden hoy los muros fronterizos que Hungría ha levantado en sus fronteras con Serbia y Croacia para tratar de evitar el paso a los refugiados sirios. En áfrica no debemos olvidar el muro del Sáhara Occidental, los de Ceuta y Melilla, el establecido entre bostwana y Zimbabue y los creados por Sudáfrica también con Zimbabue y con Mozambique. En Asia la fiebre constructora y separadora alcanza grados difícilmente superables. El muro que separa México de los EE.UU. cuando esté terminado alcanzará más de 1.200 Km.
30_Abogados_Octubre 2015